Kamikazes de la música

El dúo Amaral presentó anoche ante el público cordobés los temas de su quinto disco, 'Gato negro-Dragón rojo'

M. L. / Córdoba

26 de septiembre 2008 - 05:00

A pesar de que el dúo zaragozano ni siquiera interpretó su famosa adaptación de Llegará la tormenta del maestro Dylan, el agua hizo acto de presencia una vez más en la ciudad. Como suele ocurrir en estos casos, la lluvia entorpeció la llegada del público al Palacio de Deportes Vista Alegre, por lo que el ritual de saludos a amigos y corrillos sobre quién se sabe mejor la letra de las canciones o quién ha visto a Amaral más veces se diluyó en pos de una rápida entrada.

La cita comenzó con la actuación de Lori Meyers, que en su papel de teloneros ayudaron durante algo más de una hora a crear la atmósfera musical necesaria para que los tímpanos se habituaran al sonido vista alegre y para que la gente que iba abarrotando el polideportivo (la organización decidió incluso abrir al público la zona superior) se fuera animando con las desenfadadas propuestas del cuarteto granadino.

Alrededor de las 23:00 hizo su aparición el dúo zaragozano, que desarmó a los asistentes (muchos de los cuales ya habían empezado a expresar con silbidos su nerviosismo por la tardanza) con su primera canción, Kamizake, una auténtica declaración de principios, un credo al rock and roll y a una vida dedicada a la música con el que Juan Aguirre y Eva Amaral inauguran su doble disco, Gato negro-Dragón rojo, que avivó la ya calurosa bienvenida del público cordobés y que tuvo continuación en Tarde de domingo rara y El universo sobre mí.

La banda hizo acto de presencia en un escenario surcado por bandas multimedia que a través de imágenes, colores o palabras iban creando la atmósfera necesaria para acompañar las canciones de Amaral. Juan, haciendo gala de su eterno papel de secundario, no faltó a la cita con su tradicional gorro, que a estas alturas del año ya empieza a apetecer. En cambio Eva, mucho más sensual y huidiza, sorprendió con un vestido negro corto, botines y cinturón de charol y una máscara con forma de gato de la que se desprendió con los acordes del primer tema.

Además de su repertorio habitual, la cita no dejó pasar éxitos de anteriores trabajos como Estrella de mar o Pájaros en la cabeza.

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