Juan Luis Iborra aporta el toque cómico con su filme 'Enloquecidas'
Festival de málaga González-Vigil pone la nota reivindicativa
Verónica Forqué, Silvia Abascal y Concha Velasco protagonizan la película, que plantea una historia de amor con toques de enredo y que remite a Woody Allen


Enloquecidas, una comedia de enredo de Juan Luis Iborra, y Naranjo en flor, una historia de amor con música de tangos y de Joaquín Sabina dirigida por Antonio González-Vigil, son las dos películas presentadas ayer en la Sección Oficial del Festival de Málaga.
Verónica Forqué, Silvia Abascal y Concha Velasco encarnan en Enloquecidas a tres mujeres que, cada una por distintos motivos, hacen honor al título de esta película que también tiene en su reparto a Jordi Rebellón, Iván Sánchez, Elisa Matilla y Asunción Balaguer. La liberal Blanca (Silvia Abascal) ha conocido al hombre de su vida, pero éste ha desaparecido, por lo que pedirá ayuda para encontrarlo a su tía (Verónica Forqué), casada con un concejal de Urbanismo honrado (Jordi Rebellón), y a una diva del teatro (Concha Velasco) cansada de tanto éxito.
Iborra considera que la película es "una comedia para que el público se divierta", en cuyo guión admite un "aire" a títulos de Woody Allen como Misterioso asesinato en Manhattan. Para el director, el personaje interpretado por Abascal, que por su edad debería ser "la más loca", demuestra más cordura que las otras protagonistas, mientras que el papel de Concha Velasco, el único escrito pensando en la actriz que lo haría, es el de "una gran diva que trata fatal a su público".
Silvia Abascal recordó que éste es su cuarto trabajo junto a Verónica Forqué, después de la serie televisiva Pepa y Pepe y de las películas El tiempo de la felicidad y La dama boba. Por ello, entre ambas hay "confianza, química y complicidad", según la actriz, que admira y respeta a Forqué y que aseguró que para ella Concha Velasco ha sido "un descubrimiento", porque hasta ahora no habían trabajado juntas y ha comprobado que es "absolutamente auténtica, abierta y de verdad".
Por su parte, la coproducción hispano-argentina Naranjo en flor, de González-Vigil, está protagonizada por Eduardo Blanco y María Marull, que interpreta a Malena, una psicoanalista que accidentalmente mata una noche a un policía y decide ocultar el crimen. Posteriormente conoce a Carlos (Eduardo Blanco), a quien apodan El Sabina porque trufa sus frases con versos del cantante, y es un compañero de la víctima que está investigando el suceso.
González-Vigil definió la película como una historia de amor a la que ha buscado "aderezos" como esa muerte accidental que se convierte en el "punto de partida" y en la que se van "integrando elementos como la música".
El argumento estaba inicialmente centrado en el País Vasco pero la falta de ayudas públicas en España obligó a González-Vigil a trasladar la trama a Argentina, donde sí recibió apoyo.
Por ello, la película comienza con varios mensajes en la pantalla que denuncian que el cine español "se fundamenta en acumular recursos económicos procedentes del erario público" que se otorgan "arbitrariamente por las juntas de valoración". El director espera que esta denuncia "sirva para abrir un debate sobre el cine español", en el que "las películas no importan nada".
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