Jesús Millán roza la Puerta Grande en Zaragoza

El torero maño corta una oreja a su primer toro y da una vuelta al ruedo · El madrileño El Fundi y el murciano Rafaelillo fueron ovacionados en sus lotes

M. Juárez (Burladero) / Zaragoza

14 de octubre 2008 - 05:00

El diestro Jesús Millán rozó la Puerta Grande de Zaragoza al cortar una oreja en su primer toro y dar una vuelta al ruedo en el que cerró la tarde y la feria. La corrida de Miura, desigual de presentación, resultó manejable aunque evidenció falta de raza y de casta. El peor lote fue a parar a manos de Rafaelillo, que fue ovacionado al igual que El Fundi, que con un lote similar al de Millán no terminó de conectar con los tendidos. La única oreja se cortó en el tercero, un Miura que metió la cara con buen son en el capote y al que toreó con temple Millán tanto a la verónica como en un posterior quite a pies juntos. El maño lo cuidó mucho durante toda la lidia y firmó una faena breve, de sólo cuatro tandas, que fueron las que aguantó el toro. Salió muy decidido Jesús al comienzo de faena, toreando rodilla en tierra para luego llevar al Miura muy en línea en un trasteo de mucho tesón y voluntad. Tras un pinchazo, dejó un estoconazo que hizo rodar al toro sin puntilla. El que cerró plaza fue el que más movilidad tuvo de todo el encierro, cumpliendo en el caballo. Jesús lo intentó lucir con la muleta, dando distancia a su oponente. La faena tuvo dos partes. La primera, algo acelerado y una segunda más templada, justo cuando el toro bajó el ritmo. Fue en ese momento cuando el diestro firmó los mejores pases, en varias series por el pitón derecho. Dejó una estocada caída y le pidieron con fuerza la oreja aunque no fue concedida por el presidente. El que abrió la tarde fue un animal con un buen pitón izquierdo, aunque no siempre se entregó en su embestida. El Fundi estuvo muy por encima de esas condiciones. Al principio, toreando en línea para acomodarlo e irse haciendo con él, hasta que lo consiguió meter en la muleta, llevándolo muy tapado y bien toreado. Faena de mucha seguridad y firmeza. Sin embargo, el torero de Fuenlabrada estuvo a menor nivel con el cuarto, manejable pero flojo y muy justo de raza, que tampoco desarrolló malas ideas. La faena, demasiado larga, no terminó de conectar con el público. En este ocasión, El Fundi no lo vio claro con los aceros y tuvo que descabellar hasta en cinco ocasiones.

El peor lote, por complicado, fue para Rafaelillo. Su primero fue su Miura un animal muy grande, que esperaba y se quedaba corto. El murciano se la jugó. El quinto resultó todavía más peligroso y Rafaelillo volvió a poner todo de su parte. Se fue rápido a los medios para torear al natural, aunque fue imposible ya que al primer muletazo le tiró un derrote al pecho y al segundo, le alcanzó en la cara. Cambió de mano el murciano, que ya sólo pudo ir a por la espada y abreviar.

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