'Jesucristo Superstar' ofrecerá siete funciones entre el 2 y el 5 de abril

Faltan algo más de dos meses para que el musical Jesucristo Superstar recale en el Gran Teatro de Córdoba, pero las entradas para las siete funciones previstas entre el 2 y el 5 de abril ya están a la venta, según anunciaron ayer representantes de la productora, Stage Entertainment, y una de las protagonistas de la obra, la cordobesa Sandra Criado, que da vida a María Magdalena y que acudió hasta su ciudad natal para ofrecer las claves de esta nueva versión de la conocidísima ópera rock que recrea los siete últimos días de la vida de Cristo.

El jueves 2 de abril habrá una única función a las 21:00, mientras que el viernes 3 y el sábado 4 habrá dos (a las 18:30 y 21:30), y el domingo 5 están previstas otras dos sesiones (a las 17:00 y 20:00). Las entradas, que oscilan entre los 16 y los 45 euros, se pueden adquirir en las taquillas del Gran Teatro o a través de Uniticket.

A pesar de llevar más de dos décadas sobre los escenarios -se estrenó en Nueva York en 1971 de la mano de Andrew Lloyd Webber y Rim Rice-, Jesucristo Superstar sigue triunfando, según Criado, "porque ofrece un cúmulo de sensaciones: suspense, drama, esperanza..., que va transmitiendo al espectador y provoca que se vaya contento".

Junto a la cantante conforman el triángulo de protagonistas Judas-Simón (interpretado por Paco Arrojo) y Jesucristo (Gerónimo Rauch), al que en el montaje se presenta "como una persona normal aunque con una importante misión que cumplir por la que defiende la igualdad de derechos de todas las personas, y esto le llevará a un cúmulo de circunstancias que acaban mal", explicó Criado, dedicada desde hace muchos años a la música pero que ha tenido que aprender a marchas forzadas una novedosa faceta interpretativa desde que comenzara la gira el pasado mes de septiembre tras ser elegida para el papel en el concurso televisivo Operación Triunfo.

Según argumentó Sandra Criado, que defiende su papel durante más de dos horas en el escenario, su personaje sufre una transformación a medida que transcurre la obra, desde la alegría y la plenitud hasta "convertirse en una mujer que acaba hundida porque le quitan la única esperanza que tenía. Su amor por Cristo es tan excesivo que ella siente que es algo sobrenatural, y sólo se conforma con estar a su lado. Más que como el papel de prostituta que se le atribuye, aquí está tratada como un apóstol más".