Isabel Rico, sintiéndose artista en el Rincón Flamenco
Cante: Isabel Rico. Guitarra: Jesús Majuelos. Lugar: Peña Flamenca Rincón Flamenco. Fecha: viernes 15 de octubre. Entrada: Lleno.
La Peña Rincón Flamenco comenzó el pasado viernes su temporada de recitales recordando al cantaor Juan Carlos El Sobrino, que falleció el pasado mes de agosto y a quien se homenajeará el próximo viernes día 22. La cita fue con la cantaora Isabel Rico que, acompañada a la guitarra por Jesús Majuelos, ofreció un repertorio que le permitió mostrar su perfil artístico más festivo y desenvuelto. Desde su primer cante por malagueñas se pudo constatar la calidad técnica de esta joven cantaora, matizando el estilo acertadamente y moldeándolo con sensibilidad, sin obviar ningún acento melódico. El remate por fandangos de Granada sirvió para reafirmarse en su condición de cantaora que no se amilana ante el envite del cante, yendo directamente a la razón de ser, tanto estilística como expresiva, de cada palo. En esta línea de acierto flamenco se desenvolvió el grueso de su actuación. Desde sus primeros ayes el público estuvo con ella, situación que ayudó a crear el ambiente idóneo para el disfrute sin cortapisas de buen flamenco. Esa comunicación entre artista y afición encontró sus momentos más culminantes en las alegrías, fandangos y bulerías; también cantó marianas, tientos y tangos.
Sin perder corrección técnica los distintos estilos fluyeron intensos y emotivos. Sus fandangos de Paco Toronjo tuvieron la textura deseada, siempre la voz a punto y sin fricciones, como igualmente ocurrió con el arriesgado fandango que asociamos a El Chozas sevillano. En la serie por alegrías no se conformó con los habituales estilos que se suelen escuchar exponiendo un interesante juego de variantes bien traídas al desarrollo natural del cante.
La voz de Isabel Rico no titubeó al entrar de lleno en tonalidades altas en las que se exige un mayor volumen sonoro; mantuvo un equilibrado sonido natural, sin recurrir al falsete que alivia y enmascara, sonido femenino de generoso timbre flamenco. Y al final las bulerías comenzaron a sucederse en variedad, gracia y buen tino, sin que faltasen los pasos de baile como guiño a su formación de bailaora. En bulerías Isabel Rico dio un completo repaso por escuelas y maestros, ágil y desenvuelta. Siendo y sintiéndose artista, a la cantaora no le quedó más remedio, ante la insistencia de los presentes, que rubricar su actuación con un fandango de entrega y poder flamenco.
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