Imelda May presenta en el Teatro de la Axerquía su viraje musical

La artista irlandesa ofrece un concierto en Córdoba en el marco de la gira de 'Life Love Flesh Blood', un álbum marcado por su elegancia y por el alejamiento del rockabilly

Imelda May.
Imelda May. / El Día
A. A.

Córdoba, 07 de julio 2017 - 08:36

Imelda May estrena nuevo disco. Pero también nuevo estilo. Ella misma afirma que con este trabajo ha dado un giro a su carrera. Life Love Flesh Blood, quinto álbum de la irlandesa, está marcado por la ruptura matrimonial con su ex Darrel Higham, con quien estaba casada desde 2002. Esta ruptura la llevó a romper con todo: con su imagen y con su sonido, ahora más cercano al soul, dejando atrás el rockabilly con el que se dio a conocer. Hasta Bob Dylan ha manifestado que disfruta con este nuevo trabajo que May presenta esta noche (23:00) en el Teatro de la Axerquía, acompañada por Ulrika Bergelind y Emma Osei-Iah a los coros, David Priseman a la trompeta y la percusión, Gavin Fitzjohn al saxo, Alan Gare al bajo y al contrabajo, Donald Little y Oliver Darling a la guitarra, Ryan Aston a la batería y Chris Pemberton a los teclados.

Cantante precoz, May siempre demostró un gusto especial por el blues y el rock'n'roll. Alcanzó la celebridad mundial en la pasada década. Su primer disco, No Turning Back, salió en 2003, año en que se trasladó a Londres con su marido, Darrel Higham, guitarrista de rock and roll y rockabilly. Su carrera en Reino Unido despegó después de aparecer en Later… with Jools Holland, el programa musical de la BBC. Ahí dio a conocer su segundo trabajo, Love Tatoo, publicado en 2009. Y comenzó a girar por todo el país junto a varios artistas.

Su tercer álbum de estudio, Mayhem, apareció en 2010 y le valió una nominación para el premio Choice Music, que se otorga al mejor disco del año en Irlanda. En 2014 llegó Tribal, el trabajo con el que alcanzó el número 3 en las listas de venta británicas. Se catapultó a la fama y su talento vocal único la llevó a ser comparada con cantantes de jazz femeninas como Billie Holiday, quien, entre otras, ha sido una gran influencia para May. En 2009 ganó el premio a la mejor artista femenina del año en Irlanda y su estética, relacionada con el rockabilly, que tan popular fue en los años 50 y 60 del pasado siglo, junto a su característico peinado, con un llamativo flequillo rubio y negro en espiral, se convirtió en su rasgo más reconocible durante años.

Pero en julio de 2015 May y Higham anunciaron su divorcio tras 13 años de matrimonio. Este último disco, tan personal, poderoso y sincero, nace de las luchas emocionales del divorcio. Emana de un periodo de dolor y agitación, del que la artista emerge triunfante, manteniendo sus gustos clásicos, pero virando hacia estilos más coloridos e incluso con cambios indumentarios.

Algunas de las canciones más impactantes de este nuevo álbum, sobre todo las más viscerales como Black Tears, revelan esos momentos de profundo pesar y desasosiego. "Me miré en el espejo y vi lágrimas manchadas de maquillaje resbalando por mi cara", dijo en una entrevista. "Más tarde anoté esas dos palabras (black tears, o sea, lágrimas negras) y se quedaron para siempre conmigo". Aun así, May ha sido muy cautelosa a la hora de dar detalles sobre su ruptura, algo comprensible teniendo en cuenta que tiene una hija con Higham. Además, la relación entre ambos es buena y cordial. Hasta se presume una futura colaboración de la cantante en el próximo disco de él.

Como sugiere el título, Life Love Flesh Blood refleja una pérdida, pero también un descubrimiento. El disco que se podrá escuchar hoy en el teatro al aire libre, destaca la organización del festival, "desprende fuerza, pasión y garra. Un golpe de timón hacia el swing, el jazz y el blues que deja atrás el rockabilly que catapultó a la irlandesa a la fama. Una apuesta arriesgada que, según la crítica, ha sido acertada. May en estado puro. Eso sí, en un nuevo y refrescante estado que no olvida a quienes siempre han sido sus grandes referencias: cantantes de los 50 como Rosetta Tharpe y Wynona Carr, la reina del rockabilly Wanda Jackson, las estrellas del country Patsy Clie y Dolly Parton e iconos del pop y del rock como Joan Jett, Patti Smith, Debbie Harry y Chrissie Hynde. Todas, junto a May, tienen algo en común. Son mujeres fuertes, que han conseguido abrirse un hueco y romper el techo de cristal que existe todavía en los géneros musicales que protagonizan".

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