Ian Gibson sostiene que la primera novia de Lorca fue una cordobesa
El escritor desvela en su último libro que el poeta granadino conoció a María Luisa Natera en el balneario de Lanjarón, aunque fue una historia de amor imposible
El primer amor del poeta granadino Federico García Lorca fue una mujer. Y cordobesa. Así lo desvela al menos el escritor Ian Gibson en su último libro Lorca y el mundo gay (Planeta) y en el que se apoya con argumentos de la familia de la enamorada del granadino, María Luisa Natera. Al parecer, la historia de amor surgió sobre los años 1916 o 1917 cuando los dos se encontraron en un balneario (supuestamente el de Lanjarón), donde ambos acudían con sus madres que eran tratadas de distintas enfermedades crónicas. Gibson explicó a El Día que Lorca se quedó "maravillado" de Natera, "una joven guapísima que tocaba el piano". Sus ojos azules, además, fueron fuente de inspiración para el granadino en su obra y la joven cordobesa está presente en sus primeros versos, pues "fue su primer amor y marcó su inspiración".
En aquella época, un joven Lorca esperaba la llegada del amor "intenso y pasional" y Natera, perteneciente a una de las familias más pudientes de la Córdoba de la época, se cruzó en su vida. Pero esta historia tenía todos los ingredientes para fracasar. "Él vivía en Granada, ella en Córdoba, además, su familia no aceptaba una relación con un joven que confesaba abiertamente su deseo de ser poeta", cuenta Gibson. Aún así, mantuvieron una relación parecida a "un amor de verano, intenso y pasional" y además mantuvieron el contacto a través de correspondencia. No se sabe aún durante cuánto tiempo se estuvieron carteando, pues todas las cartas se fueron destruidas por el marido de Natera, Enrique Hitos. Los familiares tampoco han desvelado a Gibson la verdadera causa de la desaparición del correo, aunque hay dos posibles opciones. La más romántica es la que sostiene que fue un ataque de celos lo que llevó a Hitos a destruir los documentos que prueban la historia de amor. Otra teoría mantiene que, en tiempos de represión franquista, el matrimonio quisiera borrar toda huella que los vinculara "con un rojo que había sido fusilado", cuenta Gibson.
Lorca y Natera sufrieron mucho por este amor prohibido que vivieron "con la fuerza de los sentimientos de la adolescencia" y la tristeza de no poder estar al lado de la persona amada. Por aquel entonces, además, el poeta granadino era un joven apasionado que "todavía no sabía quién era y luchaba contra su esencia". La aceptación de los homosexuales era una quimera en los inicios del siglo XX -aún sigue siendo complicado- y "él sufrió muchísimo", asegura Gibson. La evolución de Lorca en los terrenos del amor continuó luego por otros derroteros, pero su primera historia, su primera pasión y sus primeros sentimientos se los despertó una cordobesa, María Luisa Natera.
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