'El Hobbit': inicio de una leyenda
Hace tres cuartos de siglo que el escritor y profesor J. R. R. Tolkien publicó una historia sencilla, dominada por su desbordante imaginación y que construyó con un estilo poético, pulcro y muy cuidado


Concebido originalmente como un modo de entretener a sus hijos, poco podía sospechar John Ronald Reuel Tolkien que el relato protagonizado por un individuo de reducidas dimensiones con los pies peludos, de naturaleza más bien hogareña y poco amigo de correrías que impliquen el más mínimo riesgo, llegaría a ser la primera piedra de un universo fantástico que llegaría a trascender todas las fronteras imaginables, superando la fama de su propio autor y convirtiendo en inmortales tanto a este como a otros personajes que hoy día son conocidos por casi todos como Aragorn, Gollum/Smeagol o Sauron, entre otros. Por supuesto nos estamos refiriendo a El Hobbit, que aunque nunca ha dejado de estar de moda, en este 2012 suena más que nunca.
No solo está la cinta homónima de Peter Jackson, primera parte de una nueva trilogía cinematográfica, que aterrizará en diciembre en nuestro país, sino que para más señas se cumplen 75 años de la publicación de este cuento memorable que, pese a permanecer siempre a la sombra de la magnum opus de su autor, El señor de los anillos, cuenta con atractivos más que suficientes como para que podamos afirmar que se trata de un auténtico clásico de la literatura universal, que ha encandilado a gentes de todas las edades, y que probablemente experimentará un nuevo incremento de sus ventas a raíz del estreno de la película a finales de año, qué duda cabe.
La historia es muy sencilla y comienza, como no podía ser de otro modo, en ese emplazamiento idílico conocido como La Comarca. Allí, Bilbo Bolsón lleva una existencia tan plácida como aburrida que, de manera imprevista, se vuelve patas arriba con la llegada de Gandalf el Gris y un grupo compuesto por 13 enanos, liderados por Thorin Escudo de roble, con los que iniciará un viaje que no solo será decisivo para los implicados en esta mítica aventura, sino que además cierto hecho eventual acontecido durante el periplo (y que implica a un pequeño personaje con una especial predilección por su tesoro) tendrá consecuencias decisivas en el futuro, aunque ello no lo descubramos hasta que no nos acerquemos al trabajo más conocido y monumental del filólogo y profesor universitario inglés.
El motivo del periplo no es otro que el de acabar con el formidable Smaug, el dragón más grande jamás conocido en la Tercera Edad, que se había adueñado de los dominios y los tesoros de Thorin y los suyos, los cuales están dispuestos a todo con tal de recuperar lo que antaño perteneció a su raza. La travesía estará repleta de peligros, encontrándose a lo largo del camino con trolls, trasgos y lobos huargos, entre otros adversarios, e incluso llegarán a verse envueltos en una contienda bélica interracial, ofreciendo en su conjunto una empresa ardua en la que unos personajes inolvidables y una prosa riquísima serán los principales responsables de que los lectores no solo saboreen cada uno de los párrafos que componen el volumen, sino que se sumerjan en un mundo con entidad propia del que podrán seguir disfrutando en otros escritos de su autoría.
Con un estilo poético, pulcro y muy cuidado, y una pasión desmedida por lo descriptivo, que en ocasiones bordea los límites de lo patológico, el escritor anglosajón nacido en Sudáfrica marcó los límites de la fantasía épica, aportando criaturas, elementos, tics y lugares comunes que hoy se han convertido en inseparables de la esencia pura de este género, extendiéndose su influencia hasta nuestros días al ser el autor que más ha aportado al mismo con el permiso de Robert E. Howard y su Era Hiboria.
La desbordante imaginación de Tolkien ha permitido que incluso después de su fallecimiento hayan ido apareciendo no pocos títulos que, o bien no llegó a publicar o bien dejó inacabados. Ha desempeñado en su publicación un papel fundamental su hijo Christopher, que sospechosamente sigue encontrando manuscritos de su progenitor casi 40 años después de su defunción. Entre ellos destacan títulos como El silmarillion, Los hijos de Hurín o La leyenda de Sigurd y Gudrún, que a título de legado póstumo han ido copando las estanterías de las librerías especializadas a lo largo de los últimos años, permitiéndonos revivir parte de la magia que tanto caracteriza a este artista inigualable.
En conclusión, esta efeméride sirve como excusa perfecta para reivindicar una historia que todo el mundo debería de leer, uno de esos textos que derrochan encanto y sencillez, y que deja un muy buen sabor de boca una vez finalizada su lectura.
El periplo de Bilbo Bolsón y los enanos por diversos territorios de la Tierra Media puede saber a poco para todos los que hayan disfrutado con anterioridad de la epopeya que se nos narra en la tan afamada secuela protagonizada por su sobrino Frodo, pero lo que está fuera de toda duda es que se trata de una de esas lecturas que te marcan de por vida, haciéndote sentir uno más de los miembros de esa curiosa expedición que comienza con una visita completamente inesperada.
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