Héroes diplomáticos del Holocausto
Exposición El antiguo cine Osio acoge la muestra 'Visados para la libertad'
El encargado de negocios de España en Budapest alquiló ocho casas en la capital húngara para dar cabida a numerosos judíos y salvarlos de una muerte segura
El sonido y las imágenes sobre el Holocausto judío que permanecen expuestas desde ayer en el salón principal del viejo cine Osio obligan a viajar más de 60 años en el tiempo para revivir el exterminio nazi y valorar la labor de quienes trataron de minimizar en la medida de lo posible los efectos de aquella barbarie. En el auditorio de Cañero se pueden escuchar desde los pasos de los soldados del ejército alemán durante la II Guerra Mundial hasta el estruendo de un bombardeo. Son tan sólo algunas de las numerosas pinceladas de este periodo de la historia que ofrece la exposición Visados para la libertad. Diplomáticos españoles y el Holocausto, una muestra que fue ayer inaugurada por el teniente de alcalde de Cultura, Rafael Blanco, y el secretario general de la Casa Sefarad, Ángel Vázquez.
A quienes visitan la exposición les suele sorprender que entre las personas que se jugaron la vida por liberar al pueblo judío hubo diplomáticos españoles, "héroes" para algunos que aprovecharon su posición política en el Gobierno de Franco para combatir el antisemitismo de Hitler. En los paneles de esta exposición aparecen destacados nombres como los de Ángel Sanz, José Ruiz Santaella o José de Rojas y Moreno, destinados a Budapest, Berlín y Bucarest, respectivamente. En mayor o menor medida se implicaron esta difícil tarea y lograron parte del objetivo que se marcaron al denunciar de forma pública su rechazo al Holocausto. "Es increíble", manifestó uno de los cordobeses que acudieron ayer a la muestra.
En la inauguración de la exposición estuvo también Margarita Ruiz, hija de José Ruiz Santaella, destinado a la Embajada de España en Berlín en mitad de la II Guerra Mundial. A sus casi 70 años recuerda con nitidez cómo sus padres contrataron como empleadas de hogar a tres mujeres judías para salvarlas de una muerte segura.
También son especialmente llamativos los métodos de los que se valió Ángel Sanz. Este encargado de negocios de España en Budapest alquiló ocho casas en la capital húngara para dar cabida a numerosos judíos. Aparte de comida y techo, les ofreció lo más valioso: seguridad.
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