"Si el Gran Capitán fuera anglosajón se habrían hecho grandes películas de él"
José Calvo Poyato. Escritor
El escritor cordobés presenta su última novela, en la que retrata la vida de Gonzalo Fernández de Córdoba, el que para él es "el soldado más importante de la historia de España".
Gonzalo Fernández de Córdoba ha pasado a la historia por cambiar el arte de la guerra, encumbrar a un imperio y ser uno de los grandes estrategas de la historia de España. José Calvo Poyato (Cabra, 1951) rescata su figura en El Gran Capitán, un libro publicado por Plaza & Janés que presenta el jueves a las 19:00 en el salón de actos de Cajasur en un acto incluido en la Feria del Libro. El escritor narra la vida del militar montillano a través de uno de sus capitanes y arranca en 1512, un momento clave en su trayectoria y pocos años antes de su muerte.
-¿Por qué inicia el proyecto de escribir una novela sobre el Gran Capitán?
-Hay varias razones. La primera es que estoy cada vez más convencido de que tenemos la obligación casi de dar a conocer a los grandes personajes de nuestra historia, hacerlos llegar al gran público. Muchas veces los libros de historia tienen una acogida mucho más reducida que una novela. En segundo lugar, creo que tenemos que contar quiénes fueron esos personajes en positivo. Los españoles muchas veces nos hemos dedicado a recoger los momentos trágicos de nuestra historia con más interés que los más atractivos o positivos. Creo que el Gran Capitán es una personalidad envuelta por el éxito. Otra razón es que hace 500 años que Gonzalo Fernández de Córdoba murió, por lo tanto me parecía un momento adecuado para recordar al que pienso que es el soldado más importante de la historia de España.
-¿Cómo retrata al Gran Capitán?
-Quiero ofrecer el perfil humano, más que de un militar vencedor, que responde a los valores de la sociedad de su tiempo. Gonzalo Fernández de Córdoba es, por encima de todo, un hombre leal a los valores del tiempo que le toca vivir, donde la honra, el honor, la lealtad, son más importantes que el dinero. Hoy sin embargo la gente valora mucho más el dinero. Eso ha sido un elemento importante a la hora de acercarlo al lector, y también me ha interesado moverlo por Córdoba, la ciudad en la que transcurre una parte muy importante de su vida. Es poco conocido por ejemplo que quiso profesar como monje en San Jerónimo de Valparaíso, lo que pasa es que al prior, fray Antonio de Hinojosa, casi menos que lo echa a patadas. No sé la vocación que tenía, pero España hubiera perdido un gran soldado. He querido contar que él vive en un mundo que cambia mucho. Nace en Montilla en la Edad Media, en 1453, en un ambiente rural, cercano a la frontera con el Reino de Granada, y cuando muere es un príncipe del Renacimiento, ha sabido asimilar los grandes cambios que se producen en su época. Me ha interesado contar cómo va cambiando ese mundo. Por ejemplo, la gente empieza a fumar; hasta esos años no se conocía el tabaco. También me interesaba contar los cambios que se producen con la llegada del Renacimiento, cuando los valores no están íntimamente ligados a la religión. Gonzalo nace en Montilla y terminará entrando en Roma como los grandes generales romanos, el Papa lo condecora con la Rosa de Oro, asiste a las fiestas de las grandes familias de la aristocracia italiana... el niño que había nacido en el castillo de Montilla.
-Su influencia traspasó fronteras.
-Sin duda. Las primeras grandes biografías de Gonzalo las escriben italianos. Pérez del Pulgar escribe una crónica porque se la encarga el emperador Carlos I, que era muy joven cuando murió el militar, porque quería una historia para saber cómo era el hombre del que todo el mundo le hablaba. Los franceses le admiraban y temían porque los vencía en todos los campos de batalla. Hay una escena en la que él regresa de Nápoles con el Rey Fernando, y el rey de Francia los invita a comer. De pronto, el monarca francés le dice a Gonzalo que coma con los reyes, en una mesa aparte o estrado, algo que era verdaderamente extraordinario. Esa era la admiración que había hacia él.
-¿Esa admiración fue la que provocó la envidia del Rey Fernando?
-Creo que provoca la envidia de un montón de cortesanos, entre otras cosas porque Gonzalo tiene personalidad. Él es virrey de Nápoles y a veces los reyes le dan órdenes que no cumple. Eso había pocos que se atrevieran a hacerlo y algunos pensaban que quería ser rey. Pero no lo pensó nunca, porque él era leal a su rey, sin embargo éste recela siempre, de hecho lo mantendrá vigilado hasta el momento de morir.
-¿Qué significa para Córdoba el Gran Capitán?
-Creo que probablemente es el cordobés más importante de toda la historia, por encima de Góngora o del Duque de Rivas. Vamos a no decir el más, pero sí el soldado más importante que Córdoba ha dado a la historia de España. Luego, él forma parte de una familia que vivirá los grandes enfrentamientos en la ciudad a finales del siglo XV. La Córdoba de la época estaba casi mediatizada por las peleas entre Don Alonso de Aguilar, que es su hermano mayor, y el Conde de Cabra, que era su tío. Los seguidores de uno y de otro iban a matarse. Fernando el Católico marchó sobre Córdoba porque había tensiones en las que incluso se había puesto en cuestión la autoridad del rey, y vino con un ejército de 7.000 hombres.
-¿Le ha dado Córdoba la importancia que tiene?
-Si uno mira a Las Tendillas, que es el corazón de la ciudad, y ve su estatua a caballo, tendría que pensar que sí, pero creo que podemos hacer mucho más por poner en valor a este personaje de tiene tanta riqueza histórica. Además, no sólo venció en el campo de batalla sino que revolucionó el arte de la guerra ya que puso de manifiesto que la infantería puede vencer a la caballería si se utiliza adecuadamente. Además, tiene una personalidad que va más allá del gran militar. Es una personalidad tan grande que, si perteneciera al mundo anglosajón, se habrían hecho grandes películas sobre él, superproducciones, porque el personaje da para ello y para más.
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