González Harbour tiñe de negro la corrupción en 'Margen de error'

La novela parte de un supuesto suicidio para trazar una compleja trama con diferentes conflictos

La escritora Berna González Harbour.
La escritora Berna González Harbour.

La novela negra se ha convertido en una de las mejores herramientas de denuncia social y si a ello se une la experiencia de una larga labor periodística, el resultado es Margen de error, el segundo título noir de Berna González Harbour, quien ha puesto lupa en la corrupción y la falta de ética empresarial.

Publicado por RBA, Margen de error tiene como protagonista a la comisaria María Ruiz, un personaje que nació y tomó cuerpo en Verano en rojo, la primera novela de esta periodista, subdirectora de El País y que ya forma parte de la lista de investigadoras de ficción en España. Margen de error muestra, a partir de la investigación de un supuesto suicidio, una compleja trama con diferentes asuntos. Uno de ellos, que funciona como punto de fuga para la autora, es el que nace a partir de una noticia que fue portada en todos los periódicos: los 23 trabajadores de Telecom que se suicidaron tras conocer que iban a ser despedidos o trasladados.

Y a esta noticia que le sirve como "telón de fondo", explica, suma también el tema de los secuestros por dinero, las manifestaciones del 15-M y los indignados, el uso de las redes sociales y la tecnología y la transformación de los medios de comunicación, el viejo y el nuevo periodismo.

"La novela negra es la otra cara del periodismo pero es la misma moneda. El periodismo te permite hacer pinceladas, retazos de fotos sobre el tema, pero la novela es un cuadro amplio y detallado donde están todos los componentes", explica González Harbour (Santander, 1965).

"Son dos cosas complementarias", argumenta la autora, quien precisa rápidamente que la novela negra hoy tiene mucho éxito pero no es ningún sustituto del periodismo de investigación.

En Margen de error se dan citan la muerte, la corrupción, los intereses, las tramas y los comportamientos detestables, todo ello sin salir de España ni hurgando en las alcantarillas, los bajos fondos o los vapores de whisky o humo.

Y es que, como dice el tópico, la realidad supera la ficción con creces y a González Harbour solo le ha hecho falta mirar cerca con los ojos de una mujer de hoy: su inspectora María Ruiz

Una mujer inteligente, trabajadora, sensible y luchadora, al frente de un equipo que está formado por Luna, "un periodista de raza", forjado durante años en la sección de sucesos, y dos policías: el veterano Carlos, que conoce perfectamente su profesión, y el más joven Tomás, dedicado a la investigación de crímenes informáticos.

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