Génesis dadaísta en un cabaret de Zúrich

La editorial Berenice edita por primera vez en español 'Flametti o el dandismo de los pobres', la novela autobiográfica que Hugo Ball escribió en 1916

Fernando González Viñas, traductor de la edición.
Fernando González Viñas, traductor de la edición.
Irene Contreras Córdoba

10 de agosto 2013 - 05:00

En La huida del tiempo, la autobiografía de Hugo Ball, apenas hay referencias a los meses que el padre del dadaísmo pasó trabajando como pianista en un cabaret de Zúrich. Tal vez Ball reservaba el relato de aquella etapa de su vida, marcada por la miseria y la compañía de extravagantes artistas de circo, para volcarlo en Flametti o el dandismo de los pobres,una novela escrita en 1916 que relata los meses previos a la creación del Cabaret Voltaire, cuna del movimiento dadá y santuario de los surrealistas. Fernando González Viñas ha traducido del alemán esta obra que por primera vez llega a España en castellano, de mano de la editorial Berenice.

En 1918, Ball contaba en su diario: "He escrito una novelita. No hay dentro ni una sola frase que no haya vivido yo personalmente". En la novela, la vida de Ball se disfraza de ficción: convierte en personajes a las personas que le rodeaban, cambiando sus verdaderos nombres por seudónimos. Así, en Flametti o el dandismo de los pobres Hugo Ball es el Señor Meyer y trabaja como pianista para Flametti, el dueño de un cabaret que se está yendo a pique acorralado por las deudas. En el Zúrich de la primera década del siglo pasado, el verdadero Ball se ganaba la vida en el cabaret de un caballero al que apodaban Flamingo. También allí cantaba la que después sería su mujer, Emmy Hennings, a la que se refiere en la novela como la soubrette. Y junto a ellos, todo tipo de personajes pintorescos que son retratados por Ball como una cuadrilla circense: un imitador de damas, un contorsionista, un terceto de cantores tiroleses.

El traductor de la edición, Fernando González Viñas, asegura que Flametti o el dandismo de los pobres supone un interesante documento "para conocer el Zúrich de la época, en el que había muchas compañías que se ganaban la vida en cabarets o bares de música". Los miembros de estas compañías, refugiados en Zúrich tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, malvivían a cuenta de los escasos ingresos que recibían trabajando en estos locales. Hugo Ball era uno de ellos, y así lo explica en esta novela en la que narra "una vida de miseria, hambre y frío, así como la difícil relación entre los miembros del grupo". Las desventuras de Ball y sus compañeros de fatigas explican que en el título de la novela se hable de el dandismo de los pobres. "No se refiere a la imagen del dandy que tenemos ahora", explica González Viñas, "sino a la vida de apariencias que llevaban estos personajes, sobre todo Flametti. Aunque vivían en libertad, no estaban exentos de penalidades. Trataban de fingir dandismo, siendo pobres".

En esta edición, la novela se acompaña de un anexo documental en el que se incluyen cartas personales de Ball, informes policiales, fotografías, carteles del auténtico cabaret de Flamingo. Además, González Viñas realiza, a modo de prólogo, una contextualización que ayuda a explicar la importancia que tuvieron los meses que Hugo Ball pasó en Zúrich para el posterior desarrollo del dadaísmo. La "efervescencia artística que nace en febrero de 1916 no hubiese sido tal si Hugo Ball no hubiese experimentado antes la vida de las compañías de cabaret al uso en la Suiza isolada de la Gran Guerra", cuenta el traductor. Sin Flamingo o Flametti no habría existido el Cabaret Voltaire. Sin el mísero dandismo de Hugo Ball en 1915 tampoco habría existido el dadá.

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