Galiana y Echanove protagonizan un duelo interpretativo en el Gran Teatro

'Conversaciones con mamá', hoy y mañana en el coliseo con todas las entradas vendidas, convierte a los artistas en madre e hijo La obra apuesta por la sensibilidad y el humor

Juan Echanove y María Galiana, en 'Conversaciones con mamá'.
A. A. Córdoba

07 de marzo 2014 - 05:00

María Galiana y Juan Echanove son madre e hijo en Conversaciones con mamá, una comedia que hoy llega al Gran Teatro para protagonizar dos noches consecutivas (20:30) con las entradas vendidas. Dirigido por el propio Echanove, el montaje es una adaptación de Jordi Galcerán de la película argentina del mismo título escrita y dirigida por Santiago Carlos Oves.

¿Qué ocurre en la cabeza de una persona que ha sobrepasado los 80 años? Con demasiada frecuencia, lamenta Echanove, los que son más jóvenes ni siquiera se detienen un momento a pensarlo, muchas veces por un remoto reflejo de temor, otras por desinterés o adormecidos por la mera rutina. De esta preocupación nació la adaptación de Conversaciones con mamá, primero una película de éxito en Argentina y más tarde libreto teatral que ha evolucionado hacia una versión aún más personal, pulida con el paso de las horas sobre el escenario por el madrileño y la sevillana.

"Hay que dejar claro que no es la película traspasada al escenario -explica Galiana-. Jordi le dio un sesgo propio que a mí me parece poético, precioso. Tiene ese punto sin caer en la cursilería, y eso es también importante decirlo". "En la primera versión que nos llegó de Jordi -apunta Echanove- había aún alguna influencia porteña, esa extraña dulzura, el interés argentino por psicoanalizarlo todo, pero a mí me interesan más otras cosas. Y además soy partidario de acercar el texto a los actores que lo van a interpretar, de hacer que sea realmente de los actores".

En este proceso de afinación de "las palabras y los tonos", indica Echanove, jugó a favor la complicidad que tienen los dos intérpretes, unidos por su vínculo común con Juan Diego y por una idéntica devoción por Rafael Azcona y los demás "observadores del carácter hispánico" aglutinados en torno a la revista La Codorniz, además de compañeros en la serie de televisión Cuéntame y ya madre e hijo en anteriores ficciones.

A lo largo de una hora y media, Jaime, un hombre maduro, casado y con dos hijos, que se ha quedado en paro y está a punto de separarse de su esposa, conversa con su madre, una anciana independiente, entrañable y que esgrime la sabiduría que ha sabido atesorar en sus ocho décadas de vida. Ambos tratan un espinoso tema que dentro de su intimidad familiar hace saltar chispas en forma de risa y que también, alguna que otra vez, humedece los ojos del público. La cuestión es que Jaime intenta convencer a su progenitora de que se vaya a vivir con él y abandone su casa para que él pueda venderla y salir del mal trago que atraviesa por culpa de la crisis. La madre, que persigue una vejez digna y a la que el hijo ha cuidado sólo por teléfono, se niega. Mientras que Jaime es un producto de la sociedad de consumo, en la que sólo importa el dinero, para la madre lo verdaderamente esencial de la existencia se encuentra en el terreno afectivo y humano. Así, el asunto que plantea la historia no es más que la excusa para hablar de dos percepciones muy distintas de la vida.

Galiana asegura que las situaciones que viven madre e hijo producen hilaridad en muchos momentos de la función. "Se verán incluso momentos de humor negro, en un claro homenaje a Rafael Azcona", apunta la actriz, quien añade que la tensión de la historia también provoca que en ocasiones se empañen los ojos del espectador. En cuanto a su personaje, explica que tiene en común con él que ambas son mujeres mayores e independientes, que viven solas y se las apañan y que, a pesar de que les gustaría que sus hijos fueran más atentos con ellas, jamás se lo echan en cara. "Hay muchas personas que lo han dado todo por sus hijos a lo largo de su vida y que en la vejez esperan recibir una recompensa por ello porque piensan que es de justicia, pero mi mensaje para los mayores es que no sean dependientes, en el sentido afectivo, de sus hijos", señala la veterana actriz, que afirma convencida que lo que hay entre Echanove y ella "es algo que no es normal".

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