Félix Duque apunta el carácter "ambiguo" de la herencia del 68
El catedrático de Filosofía destaca la existencia de voces de distintos ámbitos que piden olvidar el mayo francés y lanzan duras críticas contra su legado
Sólo desde una amplia pluralidad de enfoques, sólo desde el profundo conocimiento de factores y causas, hechos y agentes, es posible concebir un análisis razonablemente riguroso sobre Mayo del 68. El ensayista Félix Duque anotó ayer el carácter "ambiguo" y "ambivalente" de la herencia cultural (filosófica, sociológica, política) de un movimiento que en las últimas semanas está siendo recordado en Córdoba con varias actividades, con motivo de su 40º aniversario.
Duque, catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, abrió las jornadas Mayo del 68. La última vanguardia, organizadas por la Universidad de Córdoba y la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí en colaboración con la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Fundación CajaSur, con una ponencia en la que hizo hincapié en las voces que hoy abogan por "olvidar" el mayo francés, y que proceden de muy diversos ámbitos, desde la política (conocida es la postura en este sentido del presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy) hasta la filosofía.
Frente al mito y la nostalgia, frente a la evocación apologética de algunos de sus protagonistas hay autores, señaló Duque, que se muestran partidarios de "liquidar la herencia del 68". "Abominan de esa supuesta revolución -indicó- y se refieren a ella como a la madre de todos los pecados. Afirman que es culpable de la falta de solidaridad y el fin de la lucha de clases que vinieron después. De la explosión del individualismo y del capitalismo cínico y triunfante, que no ha caído en las trampas de las ideologías y de los metarrelatos". La crisis que hoy vive la enseñanza universitaria es, según estos teóricos, consecuencia del "hundimiento de valores" que provocó Mayo del 68, que también presenta en su expediente oscuro la "apología de la delincuencia".
Una de las características más notorias de Mayo del 68, aseveran sus críticos, es su manifiesta incapacidad para escapar de sus contradicciones: "Fue una revolución hecha por hijos de burgueses que juegan a ser proletarios, en una época en la que no había sida ni calentamiento global ni muchos graves problemas que vinieron después. Muchos de ellos hoy quieren olvidarla para centrarse en los problemas actuales".
Entre los filósofos relevantes que se han ocupado recientemente de revisar el legado de Mayo del 68 se encuentra André Glucksmann, autor, junto a su hijo Raphaël, del ensayo Mayo del 68. Por la subversión permanente, publicado en España por Taurus. El filósofo señala las huellas positivas que dejó este movimiento, entre ellas las conquistas sociales y el hundimiento del marxismo ortodoxo. Unos logros que son matizados por Manuel Castells, que considera que la intención de los promotores del mayo francés de "cambiarlo todo" se vio frenada por su propia postura displicente y acomodada: "Discutían todo el día sin llegar a acuerdos, sin tomar la menor decisión. Las noches las dejaban para la liberación sexual. Todo el mundo discutía y nadie tenía tiempo para trabajar".
Uno de los movimientos intelectuales que mayor vinculación tuvieron con Mayo del 68, recordó Duque, fue el situacionismo, encabezada por Guy Debord y que rechazaba el capitalismo y la sociedad del espectáculo. "Los situacionistas repartieron palos para todos. Para los estudiantes, que despreciaban el trabajo pero aceptaban las mercancías que se derivaban de él con una actitud parasitaria; para el arte, que le hacía el juego al capitalismo...".
Las jornadas continúan hoy en el Palacio de la Merced con las ponencias Contra la pared, cabrón, de Fernando Castro (10:00), La invención del arte conceptual en España, de José Díaz Cuyás (11:30), Desde Artaud, de Bartolomé Ferrando (17:00), y Mayo del 68: fotogramas del acontecimiento, de David Cortés (18:30), y la mesa redonda Debate en torno al arte crítico/en crisis (20:00).
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