La noche, la sombra, el viento y la leyenda, la hora de los amores enfermos que se enredan en azul. Bob Dylan regresa a Córdoba para desgranar uno de los cancioneros de mayor impacto y altura en la historia de la música popular, una cita que pasará al archivo más noble del Festival de la Guitarra. Será a partir de las 22:00 en el Teatro de la Axerquía, con un previsible lleno y en el marco de una gira por España que incluyó ayer una primera parada andaluza, en Granada.

El cantautor de Minnesota, que ya participó en la edición de 2004 con un concierto en El Fontanar, viene con Shadows in the night, su personal revisión del repertorio de Frank Sinatra. Pero, si se cumple el guión de sus más recientes actuaciones, no será un concierto monopolizado por el último álbum, ni una sucesión de grandes éxitos reconocibles por la mayoría. Se espera que comparezcan Tangled up in blue y, en los bises, Blowin' in the wind, así como She belongs to me y la más reciente Things have changed. Serán unas 20 canciones, con pausa intermedia, con una puesta en escena sobria y sin apenas comunicación con el público. Eso, al menos, es lo que ha pasado en las últimas veladas.

En la amplia producción de Dylan, sus cinco últimos álbumes de estudio, destaca Riff, la promotora responsable del concierto, "han sido universalmente elogiados entre los mejores de su carrera, lo que ha lleva al artista a obtener nuevos niveles de éxito comercial y excelentes críticas de la prensa". El álbum con ventas de platino Time out of mind, de 1997, ganó múltiples Grammy, incluyendo el de la categoría disco del año, mientras que Love and theft (2001) continuó en el camino del disco de platino y le valió al artista varias nominaciones a los citados galardones, ganando el premio al mejor álbum folk contemporáneo.

Modern times, publicado en 2006 y del que hoy está previsto que suene Workingman's Blues #2, se convirtió en una de las entregas más populares del cantante, vendiendo más de dos millones y medio de copias en todo el mundo. Dylan se alzó con dos Grammy más. Together through life (2009) fue el primer álbum del cantautor en debutar en el número 1 tanto en EEUU como en Reino Unido, al igual que en otros cinco países, mientras alcanzaba ventas de más de un millón de copias. Tempest (2012) recibió elogios unánimes de la crítica de todo el mundo tras su lanzamiento y llegó al top 5 en 14 países. Incluye los temas Duquesne Whistle y Pay in blood, incluidos en esta serie de conciertos. Las giras del artista por todo el mundo durante los últimos años han destacado especialmente el singular repertorio de este trabajo.

Estos cinco lanzamientos se han desarrollado en un periodo de creatividad de 15 años que también incluye la grabación de la composición ganadora de un Oscar y un Globo de Oro Things have changed, de la película Jóvenes prodigiosos, de 2001, y la publicación de sus memorias, con gran éxito de ventas en todo el mundo. Asimismo fue noticia por el documental dirigido por Martin Scorsese No direction home, en 2005. Dylan publicó su primera colección de clásicos de Navidad, Christmas in the heart, en 2009, donando todos los derechos de autor del álbum a organizaciones dedicadas a la lucha contra el hambre en todo el mundo. Recientemente ha recibido la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor más importante concedido a un civil en Estados Unidos. Fue reconocido con el premio Officier de la Legion d'honneur en 2013 y el premio Polar de la música en Suecia en 2000 y ha sido nombrado doctor honoris causa en las Universidades de St. Andrews y Princeton, entre otros muchos reconocimientos. Ha vendido más de 125 millones de álbumes en todo el mundo.

Sobre su último disco afirmó en su web: "Ha sido un verdadero privilegio hacer este álbum Durante mucho tiempo quise hacer algo así, pero nunca fui lo suficientemente valiente para acercarme a estas canciones de complicados arreglos y adaptarlas a una banda de cinco músicos". Shadows in the night fue producido por el propio Dylan, que firma el trabajo como Jack Frost, al igual que hizo con Modern times y Tempest. Fue grabado en vivo, con todos los músicos en la misma habitación, "sin auriculares ni cabinas" y "en una sola toma o dos".

Noche grande, por tanto, en el Teatro de la Axerquía, que recibe a uno de los iconos culturales del siglo XX, inaccesible y caprichoso, navegante entre la sombra y la leyenda, la noche y la tormenta.