Diego Urdiales, a hombros, y José Tomás, una oreja en Arnedo
GANADERÍA: Toros de El Pilar, desiguales de presentación y hechuras. TOREROS: Julio Aparicio, silencio en ambos. José Tomás, oreja tras aviso y saludos tras aviso. Diego Urdiales, dos orejas y oreja. INCIDENCIAS: Inauguración de la plaza cubierta de Arnedo.
Diego Urdiales ha sido profeta en su tierra y ha salido a hombros en la tarde de la inauguración de la nueva plaza cubierta de Arnedo, donde José Tomás mostró un buen nivel -tanto con el noble segundo como con el inválido quinto- con una corrida de El Pilar muy mermada de fuerzas, con la que Julio Aparicio fue silenciado. Trofeos aparte, lo mejor fue el toreo de capote de José Tomás, la técnica y temple que impuso a sus dos toros y la raza y disposición de Diego Urdiales, que nunca se dejó ganar la pelea. El de Galapagar cuajó a su primer toro en el capote y pulió sus defectos en la muleta. Fue cogido sin consecuencias. Su segundo fue inválido.
Diego Urdiales consiguió muletazos poderosos ante su primero. Templó, bajó la mano y alargó los muletazos. Lo mejor llegó al final, más metido entre el toro al lograr hilar varios pases de pecho poniendo, literalmente, a la gente en pie. Ya con la espada de matar, siguió toreando al natural, dejando una estocada caída para pasear dos orejas. Otra más paseó del sexto, que se vino abajo.
Julio Aparicio no coniguió altas cotas ante su deslucido lote.
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