Curro Jiménez reivindica un sitio en la Fiesta

El de Priego corta tres orejas y sale a hombros de la plaza de Montilla junto a Julio Benítez, que obtuvo dos apéndices, mientras José Luis Moreno confirma su buen momento con una actuación sin fisuras

Curro Jiménez, ante uno de sus oponentes ayer en Montilla.
Curro Jiménez, ante uno de sus oponentes ayer en Montilla.
Salvador Giménez / Montilla

14 de julio 2008 - 05:00

La Feria de Montilla pudo volver a ver un festejo mayor en sus fiestas del Santo tras más de una década sin celebrarse en la localidad vinícola. Al reclamo de un cartel plenamente cordobés, el público ocupó medio aforo, con muchos aficionados de la capital que se acercaron a los tendidos. El resultado fue una corrida entretenida por el buen juego de la corrida de las Monjas y la disposición de los actuantes, dispuestos a lucirse ante un público que quería ver toros desde hace tiempo.

Abrió cartel José Luis Moreno, que se encuentra en un gran momento de su carrera, como se vió en Córdoba. Lanceó con gusto a su primero al que posteriormente realizó un quite por chicuelinas. Trasteó de muleta con técnica logrando que su oponente no se rajara. Cuajó buenas tandas con la mano derecha en las que hubo templaza, largura y buen gusto. Lástima que tras conseguir media estocada, en el momento del embroque y al derrotar el toro, el animal golpease en el brazo del torero, lo que desprendió el estoque de forma violenta teniendo que repetirse la suerte. En su segundo, el garbanzo negro de la tarde, Moreno volvió a mostrar su concepto de torero poderoso, estando muy por encima de un animal siempre a la defensiva, derrotando hacia arriba y quedándose en medio de la suerte.

Julio Benítez recibió a su primero con una larga cambiada de rodillas. Estuvo valeroso con el capote. Brindó al público e inició el trasteo, estando relajado en las tandas por el pitón derecho, bajando al intentar el natural. En su segundo, su labor fue correcta, quizás cayendo en la irregularidad ya que, en las tandas, los muletazos largos y templados se intercalaban con otros en los que el engaño acababa tropezado. Se arrebató cuando la faena acababa, con muletazos de rodillas en tierra que hicieron que el público le premiara con otra oreja.

Curro Jiménez sorprendió gratamente a todos los asistentes. El prieguense suple sus carencias técnicas con mucha entrega y tesón. Buen aire tuvieron los muletazos a su primero, tanto por un pitón como por otro. Igual tónica mostró en el sexto de la tarde-noche, en una labor en el que el pundonor y la entrega fueron sus principales avales. Pese a lo poco que torea y a las dificultades que suelen acusar a los que pasan al escalafón superior, hay que decir a su favor que no acusa la falta de contratos ya que, cuando realiza el toreo fundamental, se encuentra dentro de la ortodoxia. Esperemos que este triunfo de Montilla le sirva para ocular el sitio que pretende.

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