Cruce nocturno de voces entre poetas

Vicente Amigo recupera en el Teatro de la Axerquía, junto a la Orquesta de Córdoba, su 'Concierto flamenco para un marinero en tierra', en la inauguración del gran encuentro musical del verano en la ciudad

Cruce nocturno de voces entre poetas
Cruce nocturno de voces entre poetas
Alfredo Asensi / Córdoba

06 de julio 2011 - 05:00

El poeta y sus temblores, el poeta y su inquietud generadora de belleza, el misterio de la palabra enroscado en las espirales de la emoción, el poeta al asalto de la memoria, marinero sin tierra, viajero sin frontera, el latido del verso en la fermentación de los tiempos, el verso sereno que se expande, se repliega, colisiona con su propio eco, el verso como espuma ilimitable. La poesía atrapada en la música, proyectada hacia un nuevo espacio, dinamitada en una dimensión melódica que se eleva en la noche con un fulgor casi cósmico. Y así, de lo más íntimo surge un caudal intenso de posibilidades comunicativas, porque ya el alma del poeta es patrimonio colectivo. Del sentimiento al verso, del verso a la música. Y la palabra se lee, ahora efímera, renovada su trascendencia, en el aire. Las fases del trasvase aportan nuevas densidades a un proceso de conexión sentimental que se desarrolla en esa escala de magia que sólo la música puede habilitar. Así, Poeta es la indagación de Vicente Amigo en la obra de Rafael Alberti, de donde nace un diálogo de poderosa esencia creativa. La obra, ya conocida (estrenada en 1992 y posteriormente editada en disco) pero quizá poco escuchada, abrió ayer el Festival de la Guitarra en el Teatro de la Axerquía (casi lleno), como segunda parte de un programa que se inició con una selección de piezas del guitarrista. Habrá quien considere poco oportuno que el festival arranque con un concierto de reciclaje, pero obras como Poeta merecen una revisión y había ganas de ver a Vicente Amigo inaugurando esta cita en el teatro al aire libre.

No fue (como hace casi 20 años) Miguel Bosé sino Javier Latorre el recitador de los versos de Alberti, en los que se consigna una vida marcada por una infancia de pinares ribereños, arena en los zapatos, el mar y sus retornos. Sonaron los versos con ropaje nocturno en voces superpuestas, entre los pliegues del clavel y la espada y un eco urgente y todavía cercano de guerra y exilio y viajes y amores. El respirar del poeta en las latitudes alucinadas de la noche, si mi voz muriera en tierra.

En 1992 acompañaron a Amigo la Orquesta Sinfónica de Cuba y Leo Brouwer; ayer, la Orquesta de Córdoba y Joan Albert Amargós. Poeta es un concierto flamenco para un marinero sin mar, una obra en la que la guitarra y la orquesta abotonan la febril emergencia de una poesía que es un rutilante extracto de vida.

El guitarrista compareció en el teatro al aire libre flanqueado por José Manuel Hierro (segunda guitarra), Patricio Cámara (percusión y voz), Rafael de Utrera (cante), Paquito González (percusión y voz), Antonio Ramos (bajo) y Alexis Lefêvre (violín). Nunca está demasiado claro si para Amigo tocar en Córdoba es especial por el placer que le produce o por la presión que le genera (las dos cosas, quizá). Ayer volvió a demostrar su talento ante un público que le esperaba con ganas. De música y de poesía.

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