Craig Russell rastrea el Glasgow de los 50 de la mano del detective Lennox

El escritor presenta en el festival BCNegra su última novela, 'El beso de Glasgow', segundo título de la saga de este personaje

Craig Russell, ayer, en Barcelona.
Craig Russell, ayer, en Barcelona.

La sombría Glasgow de los años 50 llegó ayer al festival BCNegra 2011 de la mano del escritor escocés Craig Russell, que presentó en la capital catalana su novela El beso de Glasgow, el segundo libro del oscuro detective Lennox.

Después del éxito que consiguió con la saga protagonizada por el comisario Jan Fabel, ambientada en Hamburgo (Alemania), Russell pone su mirada por segunda vez en el Glasgow de los 50, donde Lennox, un exsoldado e investigador privado, se verá envuelto en la investigación de la muerte de un corredor de apuestas y criador de galgos llamado Jimmy MacFarlane.

El autor británico señaló ayer que "por amor a la novela clásica negra" escogió la ciudad escocesa, ya que es perfecta para ubicar una trama de género e incluso para ir más allá de lo que supone la investigación de un crimen.

Se trata, en su opinión, de un lugar en el que durante los años 50 se hizo muy evidente la crisis económica, social y de identidad provocada por la Segunda Guerra Mundial, con muchos trabajadores en el paro y con un ambiente con mucha polución y neblina.

Para ambientar sus historias en "blanco y negro", la ciudad en esa época es "perfecta", porque "era un sitio sombrío y oscuro, monocromático".

Por estas mismas circunstancias era una ciudad con unas gentes con un "humor muy agudo, negro, capaces de burlarse de las situaciones más difíciles con sarcasmo".

Precisamente, Lennox es un "buen chico malo" que, ya en la primera frase de la novela, escrita en primera persona, deja claro, en un tono irónico, que hay tres conceptos "totalmente ajenos a la mente glasgowiana: ensalada, higiene mental, perdón".

Preguntado Russell por su relación con el treintañero Lennox, asegura que siempre había pensado que con Jan Fabel se llevaría muy bien, pero "para salir una noche, definitivamente, iría con Lennox, porque es esencialmente un gran hombre, con una moralidad de la que no se puede desprender".

Sin embargo, reconoce que si cenaran, aunque beberían mucho bourbon y tendrían una conversación divertida, "la charla sería superficial, por el momento que está pasando el detective, que tiene miedo a la complejidad, a su pasado y a su propio carácter".

En este sentido, subrayó que el detective es de origen canadiense, tuvo una mala guerra y ha escogido Glasgow para vivir porque no quiere regresar a Norteamérica.

En El beso de Glasgow (Rocaeditorial) se verá envuelto en el caso del asesinato de Jimmy MacFarlane, que dirige uno de los negocios clandestinos más florecientes de los relacionados con las carreras de perros. Cuando inicia la investigación -después de haber pasado la noche con la hija de MacFarlane- descubre que el corredor de apuestas tenía otros muchos negocios, algunos muy oscuros, con implicaciones con el jefe criminal Willie Sneddon.

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