Superada su décima edición, Cosmopoética abre un debate sobre su modelo. La ambición de que el festival siga creciendo, la necesidad de otorgarle nuevos impulsos y ciertas experiencias organizativas que este año no han sido satisfactorias han llevado a la Delegación de Cultura a activar un proceso de análisis y redefinición que empezó incluso antes de que acabara, el pasado domingo, la décima entrega. El objetivo es acuñar una cita literaria que llegue a más segmentos de población pero que al mismo tiempo ofrezca unos parámetros de calidad mejor definidos. "Después de diez años contamos con la perspectiva suficiente para plantearnos cómo Cosmopoética puede crecer", señaló ayer el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, que reconoce que el debate va a afectar a cuestiones medulares del festival.

Para ello, y con objeto de trazar "un diagnóstico lo más realista posible", los organizadores quieren contar con opiniones diversas procedentes de distintos ámbitos, incluido el político. Uno de los puntos que van a ser revisados es la focalización que en las dos últimas ediciones el festival ha tenido en la sala Orive. Para 2014 se optará por un encuentro más abierto y descentralizado, en conexión con una de las líneas de actuación del área municipal de Cultura; un festival más de ciudad, más a pie de barrio, que no ofrezca esa sensación congresual y un tanto cerrada de los últimos años. Eso sí, midiendo bien qué se programa en cada espacio.

Otro tema, espinoso, es el que afecta a la relación de fuerzas y de presencia entre los poetas locales y los foráneos. Y es que uno de los objetivos para el futuro es potenciar el carácter internacional del festival, reforzando su gran ciclo vertebrador, Poetas del mundo en Córdoba, que en la línea de programación actual se ve disuelto en una agenda trazada con vocación igualitaristay bienintencionada pero en la que se echa en falta un criterio más firme. La idea en este sentido es marcar mejor los pasos y los estatus, aunque a más de uno le cueste un disgusto.

La "tematización de las ediciones" es, apunta Moreno Calderón, otro epígrafe para el estudio. "Es algo que tiene su parte buena y su parte mala", constata el concejal. El año pasado la entrega tuvo un carácter tematizado, en torno a los novísimos; este año, no. En cualquier caso, la flexibilidad del formato permite una gama amplia de posibilidades en función de los aspectos diversos que pueden nutrir el programa: efemérides, homenajes, apuestas concretas como la de 2012 con los autores de Castellet...

Qué duración es la correcta (este año, dos semanas), qué numero de actos por día es el adecuado y en qué franjas horarias y espacios (en la última edición ha habido interesantes actividades en la sala Orive al mediodía con una paupérrima presencia de público) son aspectos que van a ser sometidos a discusión, así como la posible (y problemática si no se maneja bien) apertura del festival a otros géneros literarios.

"Se trata de que los modelos no se agoten, de que evolucionen y crezcan", apunta Moreno Calderón, que cree que Cosmopoética debe ser un instrumento de "popularización de la cultura", una acción en la que, advierte, "no todo vale" porque se puede caer en la "vulgarización". Los talleres también van a ser reorientados con la intención de que "no sean tan de consumo local".

"Cosmopoética es una actividad a la que hay que mimar, tomársela muy en serio y no dejarla caer en la rutina", indica el responsable municipal de Cultura, que destaca que cuando el PP llegó al Gobierno municipal "no se hizo un corte radical con lo que había" y que ahora ha llegado el momento de realizar una "autoevaluación". Y eso implica revisar incluso el modelo de gestión, "que en un acontecimiento como este es de una magnitud y una complejidad tales que también puede ser sometido a reflexión". Y es que Cosmopoética se acerca a la pubertad y ya se sabe que es una fase complicada.