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Córdoba saca sobresaliente en Morat

  • El joven grupo colombiano de pop-rock y folk triunfa en un abarrotado Teatro de la Axerquía en el que una legión de fiel y entregado público corea casi la veintena de temas de su recital

Juan Carlos Isaza canta y toca la guitarra con Simón Vargas, al bajo, en primer término.

Juan Carlos Isaza canta y toca la guitarra con Simón Vargas, al bajo, en primer término. / Reportaje Gráfico: Jordi Vidal

El mejor consejo que te pueden dar si has pasado ya de los 40 y acudes a un concierto de Morat es que dejes tus prejuicios musicales afuera y les des una oportunidad a sus canciones. Morat es un grupo joven -con una media de 21 años- con una legión de fans allá por donde van, muchos, y, sobre todo, muchos de las cuales ni siquiera llegan a esos 21 años, fans que con su fidelidad demuestran que el futuro del pop-rock joven no está tan amenazado por el reguetón.

Con ese nivel de seguimiento y entrega de los fans y con el cartel de no hay billetes colgado en el Teatro de la Axerquía, estaba claro que Morat las tenía todas consigo el pasado viernes en Córdoba para vivir y hacer vivir una gran noche de concierto. Y así fue. Nabález, colega de los colombianos y colombiano también él, ejerció de perfecto telonero, más bien de telonero exprés, ya que interpretó sólo tres temas preparando las gargantas del respetable para lo que habría de venir. Lo hizo acompañado sólo de un percusionista y al piano. Empezó con Tiene que existir, todo un antídoto contra el despecho amoroso. Continuó con El remedio -compuesta para la concursante de OT Ana Guerra-. Y cerró con La correcta, un tema que comparte con los Morat y que logró encender un mar de móviles para acompañarle.

El concierto duró casi dos horas, en las que ni público ni banda bajaron la intensidad

"¡Qué hermoso, Córdoba!", relató antes de abandonar el escenario para que minutos después saltaran al mismo Simón Vargas Morales (Mochis) -bajo y voz-, Juan Pablo Isaza Pineros (Isa) -voz, guitarra y teclados-, Martín Vargas Morales (Marto) -batería- y Juan Pablo Villamil Cortés (Villaco) -voz, guitarra y banjo-, a los que acompañaba como músico de apoyo el guitarrista Andrés Leal. Lo hicieron a lo bestia, con uno de sus ya grandes éxitos -y eso que no tienen nada más que un disco y algún que otro nuevo single y canción no incluida en ese LP-.

La Axerquía enloqueció con el inicio de los acordes de Mi nuevo vicio, ese tema del que han grabado una versión con Paulina Rubio. Muchas de las 3.500 personas que llenaban el teatro comenzaron a corear esos versos de Mi nuevo vicio, como también lo hicieron con el resto de canciones que interpretaron de ese su único disco, el inicialmente publicado en 2016 -fue reeditado extendido en 2017- y titulado Sobre el amor y sus efectos secundarios... y unas cuantas cosas más, un disco que, por los temas que lo componen y por cómo los ha hecho suyo el público -como se demostró el pasado viernes en Córdoba-, ya parece un greatest hits que les ha puesto muy alto el listón para su ya anunciado segundo trabajo. Aprender a quererte, Mil tormentas, Ladrona... sonara la que sonara, el público de Córdoba estaba totalmente entregado y los Morat -como si del Cholo Simeone jaleando al Metropolitano se tratara- también contribuían a ello invitando al respetable a saltar y a cantar más fuerte "como sólo Córdoba sabe cantar". Córdoba también demostró su sobresaliente en la música de los colombianos a la hora de corear de memoria Yo Contigo, Tú conmigo -tema de la banda sonora de Los Minions: Gru3 - Mi Villano Favorito-, Besos en guerra -nuevo tema en el que colabora Juanes- y Cuando nadie ve -una de las canciones de su esperado nuevo disco-.

Todo lo que empieza, por muy bien que lo haga, acaba y tras algo más de hora y media de concierto hicieron amago de ponerle el punto y final, pero la insistencia del público hizo que sonaran Amor de hielo, La última vez y su ya clásico Cómo te atreves, para poner el colofón a dos horas en las que el pop demostró que sigue muy vivo.

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