Cultura

Un paseo por la Córdoba del Grupo Cántico con una mirada emocional

  • El escritor Salvador Gutiérrez Solís dirige un recorrido literario por los puntos más emblemáticos ligados a este grupo de creadores

Explicación de Salvador Gutiérrez Solís.

Explicación de Salvador Gutiérrez Solís. / Laura Martín

El escritor y colaborador de el Día, Salvador Gutiérrez Solís, dirigió ayer el paseo literario La Córdoba del Grupo Cántico, al que asistió un grupo de 35 personas, además de la directora del Centro Andaluz de las Letras, Eva Díaz.

El encuentro transcurrió entre algunos de los puntos emblemáticos de la ciudad en relación con los artistas cordobeses, pero con un enfoque que centró en “mis recuerdos, emociones y sentimientos, todo lo que ha supuesto para mí conocer el Grupo Cántico”, ha explicado Gutiérrez Solís. El recorrido arrancó en la casa en la que nació Pablo García Baena, el número 6 de la calle Parras, “a unos 15 metros de donde nací yo”.

El escritor cordobés quiso poner el foco de este paseo literario en “lo que supuso Grupo Cántico y los cordobeses nos olvidamos: fue un grupo con inquietudes contemporáneas y además eran gestores culturales que consiguieron traer a muchos escritores de nombre, como el mismo Vicente Aleixandre”.

Con ello, el tour intercaló las lecturas de textos relevantes de los autores del Grupo Cántico con las vivencias “desde un plano personal” de Gutiérrez Solís con integrantes como Juan Bernier o el propio Pablo García Baena.

El grupo también pasó por la plaza del poeta Juan Bernier, el Realejo, la Corredera, la plaza del Potro, la casa de Ricardo Molina, la Espartería y el instituto Góngora. El recorrido culminó en el antiguo Palacio del Cine (plaza de las Tendillas), donde Gutiérrez Solís realizó la lectura del poema de García Baena Palacio del cinematógrafo. Según el escritor, “podrían escribirse varias novelas” de esta obra. Además, ha destacado que este poema “resume la existencia de Cántico, saber sobrevivir y mostrar su voz propia en un tiempo inhóspito para ellos, vivían en una sociedad en la que ellos ya decía que no pasaba nada”.

Los lugares elegidos para este recorrido son de total relevancia para entender los conceptos que Gutiérrez Solís quería transmitir sobre Cántico. Por ejemplo, la visita a la plaza de Juan Bernier no se debía solo a que el lugar esté nombrado en honor al artista, sino que también es relevante porque “allí había un convento del siglo XV que es importante para recordar su figura como arqueólogo”, además de encontrarse cerca de las iglesias de San Rafael y San Lorenzo, importantes para García Baena, o el Cine Ramos.

Inicio de la ruta. Inicio de la ruta.

Inicio de la ruta. / Laura Martín

Además, el Realejo es el lugar donde nació “la Peña Nómadas, esencialmente su grupo de amigos”, mientras que la plaza de la Corredera es “un icono gongorino, muy importante para entender la literatura del grupo”. Por su parte, en la Espartería el grupo “tenía su despacho, además de lo que ellos llamaban el cuarto del infierno”, donde los artistas realizaban las lecturas de los libros prohibidos “y conocieron autores como Juan Ramón Jiménez”.

Esto último demuestra, a su juicio, “lo interesados que estaban por la cultura y lo contemporáneos que eran”, al igual que el paso de muchos de ellos por el instituto Góngora y sus estudios universitarios “que recalca que forman parte de una generación formada y con inquietudes”.

Entre las varias lecturas que se realizaron a lo largo del recorrido destacó la de un familiar de Pablo García Baena, lo que dotó al encuentro de una mayor cercanía con el Grupo Cántico.

Esta ruta forma parte de la iniciativa del Centro Andaluz de las Letras Ciudades literarias, que explora las localizaciones como fuente de inspiración para algunos de los grandes escritores andaluces.

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