'La Consagración' pone en contacto el baile flamenco con Stravinsky

El baile flamenco se inspira en la música de Stravinsky, los Ballets Rusos de Diaghilev y la figura de Vaslav Nijinsky en La Consagración, un espectáculo de la compañía de Rafael Estévez y Valeriano Paños que hoy llega al Gran Teatro (20:30, con las entradas de 8 a 21 euros). Incluido en la programación paralela del Concurso Nacional de Arte Flamenco, La Consagración es una mirada atemporal a la situación del trabajador del campo frente al poder y cuenta con la colaboración especial del bailarín y coreógrafo cordobés Antonio Ruz, que ayer fue distinguido con el premio El Ojo Crítico en la categoría de danza.

La fascinación que los dos creadores sienten por Stravinsky les llevó hace ya seis años a plantearse coreografiar La Consagración de la Primavera, según explicaron ayer en la presentación del espectáculo en el Gran Teatro, en la que estuvieron acompañados por el presidente del Instituto Municipal de las Artes Escénicas, Juan Miguel Moreno Calderón. Paños destacó que, en sus saltos, Nijinsky (un bailarín de extraordinario virtuosismo, 1890-1950), "ponía el acento en la tierra, como fertilizándola, era como un zapateado".

La Consagración, que celebró su estreno el pasado año en la Bienal de Flamenco de Sevilla,se divide en dos partes: Tierra, en la que los participantes danzan el ritual de las labores del campo, con músicas procedentes del flamenco y el folclore, y La Consagración de la Primavera, que recurre a la música de Stravinsky y su compleja partitura para ilustrar la lucha por la tierra que muchas personas han librado en diversos lugares y épocas. Revueltas de jornaleros frente al poder esclavizador del amo.

En Tierra aparecen el frío y el calor, el trabajo duro del campo y las largas jornadas, pero también la alegría de las fiestas y el consuelo del descanso.

En las dos partes baila Ruz, que presta su colaboración coreográfica en la segunda. El cordobés recibió ayer la noticia de la concesión del premio de Radio Nacional de España. El jurado ha valorado el "universo propio" del artista y su "lenguaje personal fruto de una trayectoria en la que ha indagado en diferentes estilos, desde el clásico al flamenco pasando por el contemporáneo, y con muy diversos coreógrafos".

El jurado destacó especialmente "el mérito de coreografías como OJO, donde asoma su universo propio y su lenguaje personal"

Ruz, que dirige su propia compañía de danza contemporánea, fue primer bailarín en la compañía de Víctor Ullate y también ha bailado en la Compañía Nacional de Danza a las órdenes de Nacho Duato.