'Cisne andaluz' descubre a Góngora en los versos de 100 poetas del siglo XX

Carlos Clementon revela la influencia del cordobés en la poesía en español de la pasada centuria en una amplia antología · 'Cómo escribir teatro' y 'Góngora, racionero' también fueron presentados ayer.

Joaquín Roses, Julio Neira, Laura Dolfi, María Luisa Amores y Carlos Clementson.
Joaquín Roses, Julio Neira, Laura Dolfi, María Luisa Amores y Carlos Clementson.
Alfredo Asensi / Córdoba / A. A. / Córdoba

17 de noviembre 2011 - 05:00

En Rubén Darío y en Miguel de Unamuno, en Alfonso Reyes y Jorge Guillén, en Jorge Luis Borges, Pablo García Baena, José Lezama Lima, Blas de Otero y Pere Gimferrer (poetas que ante todo eran o son atentos y fervientes lectores), Góngora dejó huella. Más allá del grado de admiración o de conexión estética con su mundo, la simple lectura de sus textos provoca ya en cualquier sensibilidad mínimamente cultivada un impacto. Así lo pone de manifiesto Cisne andaluz. Nueva antología poética en honor de Góngora, que rastrea la influencia del cordobés en 100 poetas del ámbito hispano del siglo XX. Publicada por Eneida con estudio y selección de Carlos Clementson, la obra fue presentada ayer en el congreso internacional El universo de Góngora. Orígenes, textos y representaciones, junto al ensayo de Laura Dolfi Luis de Góngora. Cómo escribir teatro (Renacimiento) y la reedición facsímil de Góngora, racionero de Manuel González y Francés, acompañado por el opúsculo Don Luis de Góngora vindicando su fama ante el propio obispo (Extramuros).

Cisne andaluz es, al mismo tiempo, según Clementson, un reconocimiento a Gerardo Diego, autor en 1927 de la primera Antología poética en honor de Góngora (que tenía como punto final a Rubén Darío, inicio de esta nueva selección) y gran artífice de los homenajes que ese año recibió el cordobés. La conclusión del antólogo, profesor de la Universidad de Córdoba y escritor, es que "Góngora es el poeta más fecundante y vivo de la lengua española". Entre sus principales herederos, además de los poetas del 27, que le rinden frecuente tributo (Gerardo Diego con Fábula de Equis y Zeda o la Oda a Belmonte, Rafael Alberti con Amaranta y Homenaje a don Luis de Góngora y Argote, Federico García Lorca con sus Seis caprichos, Dámaso Alonso con Nuestra heredad, Luis Cernuda con Góngora...), se encuentran los autores de Cántico: Pablo García Baena, Ginés Liébana, Juan Bernier, Ricardo Molina, Mario López y Julio Aumente forman parte de la antología junto a otros cordobeses como José de Miguel (muy próximo a Cántico), Mariano Roldán, Juana Castro, el propio Clementson o Manuel Gahete. Sus versos dialogan con los de Borges, Neruda, Lezama Lima o Severo Sarduy en un estimulante recorrido en clave gongorina por la mejor poesía en español de la pasada centuria. El autor de las Soledades, según Clementson, "ilumina y fecunda" la poesía de los años 20 y 30, la de Cántico y la de los autores "novísimos o cultistas" que renuevan el panorama poético español a finales de los 60, entre ellos Pere Gimferrer, que empezó su trayectoria con un libro cuyo título procede de un verso de Góngora, Arde el mar, y que también pone de manifiesto su filiación con el cordobés en su último poemario, Rapsodia, publicado este año. Gimferrer clausurará el sábado el congreso con la conferencia Góngora o lo absoluto.

Cómo escribir teatro, por su parte, recoge las investigaciones que desde mediados de los años 80 desarrolla la profesora de la Universidad de Parma Laura Dolfi, que se pregunta "por qué tantos gongoristas han desatendido esta faceta, a pesar de que abarca casi 6.000 versos". Góngora propone "un teatro diferente" que "no puede ser ignorado". Un teatro "difícil" pero "sublime". Brillan en él "el juego de pausas y diálogos, el movimiento y los juegos escénicos". Porque también hay una intención manifiesta "de que el espectador se divierta". Aun así, no hay constancia de que su única obra terminada, Las firmezas de Isabela, fuera representada.

Finalmente, más de un siglo después de su primera edición (en 1896), Extramuros sala a la luz la obra de Manuel González y Francés Góngora, racionero, cuyo original se encuentra en la Biblioteca Provincial de Córdoba y que constituye una "joya bibliográfica", afirmó la directora de la editorial, María Luisa Amores.

Góngora, racionero supuso un singular "ejercicio de desagravio al poeta maldito" en el que autor se despide "haciendo votos por que, en nuevas y más detenidamente pensadas biografías, se haga justicia al sacerdote poeta, gloria de Córdoba su patria". Los "hechos eclesiásticos" del autor del Polifemo son rastreados por González y Francés a partir del análisis de 10.000 actas capitulares. Esta edición cuenta con un prefacio del gran gongorista Robert Jammes.

La publicación de estas obras ha contado con la ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, cuyo titular, Julio Neira, destacó la "vigencia" del poeta cordobés y afirmó que este departamento seguirá trabajando en su difusión.

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