'Chicago' en Córdoba
Reparto: Marta Ribera, María Blanco, Manuel Rodríguez, Fedor de Pablos Puig, Linda Mirabal Jean-Claude, J. Giró, Vanesa Bravo, Adan Aguilar, Jacques Vidal, Pascual Orti, Paco Abarca, Skizzo, José Antonio Torres, Silvia Álvarez, Teresa Belza, Sarah Schielke, Viviana Camino, Chema Zamora, Ela Ruiz, Víctor González, Jordi Gordo, Lucy Lummis y Estefanía Corral-Swing. Música: John Kander. Libreto: Fred Ebb. Dirección musical: Santi Pérez. Fecha: viernes 27 de mayo. Lugar: Gran Teatro. Lleno.
El sombrero cordobés, los rebujitos bajo el toldo de una caseta entre compases de sevillanas y el waka-waka tuvieron un paréntesis en el Gran Teatro, y lo anteriormente citado se sustituyó por los bombines, el ambiente a night club y el ritmo de jazz que proporciona Chicago, el musical en gira que como es ya de costumbre llega a nuestra ciudad el fin de semana más fuerte de la Feria de Mayo.
El musical es un réplica fiel a la versión realizada en 1996, archirrepresentada en Broadway y galardonada con seis Tonys y un Grammy. A través de sus letras y melodías Chicago nos muestra cómo el camino del éxito y la fama puede surgir de la forma más sombría y perversa. Dos ambiciosas artistas pugnan por ocupar la primera plana de los periódicos a costa de vender sus crímenes y bajo la maestría de un abogado embaucador. Poca importancia les trae si son condenadas o absueltas. La prioridad es ser noticia. Así van sucediendo los acontecimientos hasta llegar a la conclusión de que sus protagonistas sólo son tristes marionetas sostenidas por el frágil y efímero mercado del sensacionalismo.
En este caso, Chicago no usa los recursos que normalmente acompañan a las superproducciones musicales que nos visitan. No existen cambios aparatosos, escenografías modulares, vestuarios llamativos o iluminación espectacular. Toda la acción se desarrolla en una escenografía fija que simula un local nocturno, con los espacios propios para entradas y salidas y el fondo ocupado por la orquesta colocada en varios niveles. Esta simplicidad de su puesta en escena, al contrario de lo que a priori parezca, logra que la producción sea elegante. Lo que facilita el dinamismo de la historia es responsabilidad del elenco que lo interpreta. Su trabajo físico y vocal llena cada hueco del escenario. El protagonismo de la orquesta es incuestionable y es probablemente lo mejor del espectáculo. Su calidad instrumental y aportaciones añadidas justifican de sobra que no se encuentren ocultos en el foso. El que la música y el baile sean las piezas fuertes de la obra hace que las intervenciones dialogadas y monologadas no brillen tanto y estén menos cuidadas. Hay momentos en los que los protagonistas caen en una interpretación desde la superficie.
Bob Fosse, por insistencia de su esposa Gwen Verdon, no cesó en su empeño hasta conseguir los derechos de la obra original escrita por la periodista Maurine Dallas Watkins, derechos que obtuvo al fallecer la misma, pues en vida nunca accedió a las peticiones de Fosse. Después sólo faltaba la ayuda de Fred Ebb a las letras y los arreglos musicales de John Kander. Juntos retrataron la sociedad frívola y decadente de las grandes urbes americanas en los años 20 y confeccionaron un espectáculo original, con números musicales y coreografías llenas de fuerza y ritmo pero carente del trasfondo comprometido y emotivo que posee Cabaret, musical que también realizaron y que tanto éxito le reportó. A veces, un espectáculo musical debe estar acompañado de algo más para ser completo y así poder conmover además de entretener.
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