Cultura

Elisabeth Bolza propone un viaje por el arte y la lengua árabe a través del collage

  • La artista expone en Casa Árabe 'Palabras suspendidas', en la que expone una serie de obras que giran en torno a temas como la poesía o la arquitectura islámica con la caligrafía como centro

Parte de la muestra 'Palabras suspendidas', de Elisabeth Bolza, en Casa Árabe.

Parte de la muestra 'Palabras suspendidas', de Elisabeth Bolza, en Casa Árabe. / Juan Ayala

La arquitectura islámica y mudéjar, las miniaturas medievales y los manuscritos, las artes decorativas y la poesía se funden en las obras que la artista austríaca afincada en Sevilla Elisabeth Bolza exhibe en Casa Árabe en la exposición Palabras suspendidas, inaugurada este jueves. La muestra –que se podrá visitar hasta el 1 de marzo– está formada por 21 collages en los que la caligrafía es la protagonista.

El título elegido hace referencia directa a los poemas preislámicos (al-mu'allaqat) que se colgaban de los muros de la Kaaba, en La Meca, pero también a la suspensión del diálogo crítico entre Oriente y Occidente “en este mundo fracturado en el que vivimos”.

Hace una década que Bolza se introdujo en este lenguaje en el que se apropia de elementos del patrimonio artístico de Medio Oriente a través de técnicas caligráficas o visuales. Pero para llegar hasta aquí ha tenido varias influencias. Por una parte, su lugar de residencia, Sevilla (lleva en España 28 años), ciudad de la que le llamó mucho la atención su legado, sobre todo el relacionado con el mundo árabe.

El título hace referencia a los poemas preislámicos que se colgaban en los muros de la Kaaba

Por otra parte, como lingüista le atraía el idioma y, por último, a raíz del 11-S, “que me impactó profundamente, quise intentar comprender qué había podido ocurrir para llegar tan lejos en esta fractura que estamos viviendo en la actualidad entre Oriente y Occidente”. “Mi búsqueda personal empieza a través del idioma”, recalca la autora, que comenzó a estudiar árabe y se ha convertido en una gran experta de su caligrafía.

La infinidad de combinaciones simétricas, el equilibrio, los detalles y la caligrafía son los aspectos estéticos del arte islámico que más llaman la atención de Bolza. Las primeras obras que realizó sobre esta temática eran de pequeño formato y estaban realizadas sobre todo con acuarela. Su punto de partida siempre ha sido la caligrafía de Al-Ándalus y la poesía amorosa, que plasmaba visualmente.

A lo largo de su trayectoria ha seguido incorporando “técnicas variadas y moviéndome a escalas más grandes tanto a nivel de dos dimensiones como tres”, señala la autora, que empezó a utilizar mucho el collage “porque me permitía una expresividad más compleja”. En la actualidad trabaja tamaños medios y grandes con técnicas mixtas (en las que se incluye en collage).

Así se percibe en Palabras suspendidas, una exposición que surge por un proyecto que le propuso el Ministerio de Cultura de Baréin en 2017 basado en una exposición sobre un fondo de obras que ya tenía creadas más seis adicionales inspiradas en el legado artístico del país árabe. La muestra se inauguró en enero del pasado año y, seguidamente, la llamaron desde Casa Árabe en Madrid.

La artista, en la presentación de la exposición. La artista, en la presentación de la exposición.

La artista, en la presentación de la exposición. / Juan Ayala

Allí no pudo exhibir todas sus obras por falta de espacio pero “aquí, por primera vez, gracias a las instalaciones de la sede de Córdoba, he podido incluir las de gran formato”. Están todas las de la exposición original de Baréin salvo tres que se quedaron en el museo para su colección permanente.

Bolza utiliza elementos históricos para conducirlos a la actualidad con la intención de “que nos demos cuenta de dónde procedemos y nos preguntemos dónde queremos ir porque realmente no hay un corte entre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro;todo está interconectado tanto a nivel temporal y geográfico como cultural”.Para la creación de los 21 collages que se pueden ver en Casa Árabe, la artista ha utilizado un fondo de paspartú que luego lleva una serie de capas de yesos y lijas, pintura, collage y caligrafía con elementos de pintura como témperas, acrílicos y algunas acuarelas.

Las obras se han realizado en los últimos seis años y en ellas se pueden ver diferentes temáticas. Por ejemplo, hay dos acuarelas sobre poesía amorosa de Al-Ándalus y hay tres cuadros inspirados específicamente en el legado cultural del Golfo Pérsico relacionados con la búsqueda y el comercio de las perlas (antiguamente las de esa zona eran consideradas las más bellas del mundo), una actividad en la que estaban involucrados todos los estratos sociales. La decadencia llegó en los años 50, con el desarrollo de la perla cultivada por parte de Japón.

A esto hay que sumar otras dos obras inspiradas en el legado cultural de Baréin (que está dentro del radio de lo que era la antigua Mesopotamia) que muestran sellos que se utilizaban para marcar propiedades y objetos; y monedas de diferentes épocas debido a que este país era una zona de paso comercial. También queda reflejado el mundo de Al-Ándalus a través de “grandes poetas de Córdoba” como Ibn Zaydun y Wallada o la desintegración de este territorio mediante una poesía de al-Mutamid, el último rey de taifa de Sevilla. Además, hay una serie de cinco obras sobre poesía preislámica de la península arábiga de los siglos VI y VII.

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