Cultura

El CAC Málaga celebra la mirada clásica de Miguel Gómez Losada

  • El centro malagueño acoge hasta el próximo 25 de noviembre 'Romanza', la primera muestra en un museo del pintor cordobés

Miguel Gómez Losada, en el CAC Málaga, ante una de las obras de su exposición.

Miguel Gómez Losada, en el CAC Málaga, ante una de las obras de su exposición. / fotografías: e. d. c.

A modo de debut de largo alcance, el CAC Málaga ha inaugurado la primera exposición individual en un museo del artista cordobés Miguel Gómez Losada, Romanza, una propuesta que reúne una veintena de pinturas de diferentes formatos recientes (realizadas entre 2017 y 2018) e inéditas. La muestra, comisariada por el director del CAC, Fernando Francés, podrá verse hasta el 25 de noviembre y protagoniza la apertura de la nueva temporada del centro a modo de declaración de intenciones: tal y como señaló Fernando Francés en la presentación, Romanza "responde a nuestra línea de trabajo con artistas de proximidad", en este caso con un creador "que vivió unos años de notable éxito, con propuestas muy sonadas en ARCO, y que ahora, tras un tiempo de sosiego y soledad en Córdoba, vuelve con su primera exhibición en un museo". Aunque quienes hayan seguido la obra de Gómez Losada encontrarán en estas pinturas buena parte de los rasgos fundamentales de su quehacer estético (singularmente, una formulación personal e intransferible del ideal clásico), también percibirán nuevas puertas abiertas que anticipan, de algún modo, el futuro cercano de su trayectoria.

El propio Miguel Gómez Losada admitió la naturaleza teatral de la exposición, con figuras femeninas insertadas en una puesta en escena "que tiene tanto de teatro como de rito religioso. En realidad, el espectáculo teatral es algo muy vinculado a la liturgia que encierran acontecimientos como una misa, aunque aquí la búsqueda es más espiritual, más abierta que en lo concretamente religioso". Si la función teatral suele seguir las directrices de un guion, "ante estas pinturas el espectador percibe más ambientes, sensaciones, en complicidad con una preocupación consciente por la belleza". Tales ingredientes, a pesar de su aroma inequívocamente barroco (las representaciones humanas juegan a veces a ser figurines propios del Siglo de Oro, con las consecuentes dosis de simbolismo y confusión genérica), justifican la adopción por parte de Gómez Losada de un ideal clásico: "Es que yo diría que todo arte es clásico. No hay un arte que no lo sea. Desde las pinturas rupestres, lo que el arte persigue es detener el tiempo, dilatarlo, con el fin de aventurar qué podemos esperar después de la muerte. Y yo me identifico plenamente con esta intención".

En cuanto a la representación de la feminidad, Fernando Francés subrayó el carácter "ensimismado, con la mirada perdida" de las figuras protagonistas, lo que les confiere "una existencia más allá del tiempo" que el comisario vincula "al pensamiento místico propio de Santa Teresa de Jesús". Con esta "vuelta a los orígenes", en palabras de Francés, el CAC mira hacia dentro. Nunca es tarde.

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