"Busco reflejar los problemas sociales sin entrar en política"
José Manuel Velasco. Pintor y escultor
La exposición 'Ruptura y cambio' es una pequeña muestra del trabajo artístico de este cordobés en la que los colores son el foco principal.


José Manuel Velasco vuelve a su ciudad natal, que vio crecer su carrera artística hace ya décadas. La Diputación acoge, hasta el 30 de julio, una pequeña parte de la obra de este pintor y escultor que busca reflejar en estos cuadros los problemas de la sociedad moderna a través de lo abstracto.
-¿Cuál es el significado del título Ruptura y cambio y qué relación guarda con los problemas sociales que ejemplifican los cuadros?
-Es una exposición que tiene que ver con una ruptura y un cambio en mi forma de pintar anterior, ya que yo siempre me he movido en el estilo expresionista. Coger las palabras ruptura y cambio conlleva explicar una evolución hacia algo más abstracto y moderno. La exposición es una mezcla entre una exhibición anterior llamada únicamente Ruptura, basada en cuadros blancos con tres colores, negro, rojo y ocre, donde se ejemplifican los problemas sociales del hambre, las pateras y la inmigración, y otra exposición conocida como Cambio climático. Con esto busco reflejar los problemas de la sociedad que me preocupan sin una perspectiva política, sino como una visión personal.
-Habla de una evolución en su trayectoria. ¿A qué se refiere?
-Antes me definía dentro del expresionismo, ahora me considero más partícipe del neoexpresionismo abstracto. Yo, que me muevo bastante por Europa, me di cuenta de que mi obra está muy dentro de lo que es el neoexpresionismo europeo actual.
-¿Cuál es el motivo por el que en esta exposición utiliza siempre los mismos colores, rojos, negros y ocres?
-Los colores de los primeros cuadros, los que pertenecen a Ruptura, son por el continente africano: juego con los ocres, que tienen que ver con la tierra, el rojo, con la sangre, y el blanco y el negro, que busca simbolizar las dos razas étnicas. Son una mezcla entre cuadros y bocetos. Por otro lado, los cuadros en color son un reflejo del cambio climático en los que se hace hincapié en el incremento de la pobreza por las catástrofes naturales que provoca.
-¿Qué supone para usted exponer en su ciudad natal?
-Por supuesto que me siento orgulloso de haber expuesto aquí y de ser cordobés. Aunque me muevo entre Málaga y Madrid, donde tengo mis dos estudios, siempre quiero mostrar mi trabajo en Córdoba.
-¿Cómo asume que escritores tan importantes como Antonio Gala o Eduardo Mendicutti hayan escrito sobre sus obras?
-A Antonio Gala le mando un abrazo donde esté. Es un escritor importantísimo en el panorama literario y yo estaba encantado cuando me hizo ese escrito. Además, hay un libro de Gala llamado Ahora hablaré de mí en el que también habla de mí como artista. También han hablado críticos de arte como José María Luna o José María Palencia. Yo pienso que es muy importante tener el apoyo de los críticos porque te abre puertas. Tener esta suerte me enorgullece mucho.
-¿Es difícil sobrevivir en este mundo?
-Yo no tengo subvenciones, a mí nadie me paga nada, y ahora menos con las cosas como están. A veces es muy complicado porque somos nosotros los pintores los que nos gastamos el dinero en el transporte de los cuadros a las galerías, y claro que es difícil ser artista muchas veces.
-¿Cómo ha sido su trayectoria artística?
-Precisamente en Córdoba fue donde empecé mi andadura individual. La primera muestra fue en Cajasur y también tengo muy bonitos recuerdos de la Diputación, donde expuse por primera vez en 1989. Fue una época bonita en la que venía mucha gente a ver las exposiciones. Yo en Córdoba he hecho muchas cosas, aunque parezca que no, como las exhibiciones en la galería Studio 52, en el Ayuntamiento o en la Posada del Potro.
-¿Qué recuerda de su etapa en la movida madrileña?
-Esa etapa fue divertidísima. Ahora es todo como más serio, pero esa época era muy desinhibida. Teníamos una galería llamada Tate-Tate donde había más pintores cordobeses como Villa-Toro, de Castro del Río. Gracias a nombres conocidos como Tino Casal o Fabio McNamara atrajimos a mucho público.
-¿Y tiene alguna anécdota de ese período?
-Pues mira, precisamente las únicas fotos de Tino Casal pintando son conmigo, cuando una mañana volvíamos de madrugada de una discoteca sin dormir y nos pusimos a pintar en el estudio de un amigo. Imagínate, nos pusimos a pintar sin dormir, la situación que sería. Al rato él me dijo: "No toques más ese cuadro que está así perfecto", y me pidió que yo le diese mi cuadro y él me dio el suyo y por eso tengo un bonito recuerdo de él.
-¿Cuál es su próximo paso?
-Será la tercera y última parte de esta historia, a la que llamaré Los desastres de la guerra. Va a ser un homenaje a Goya, quien fue un precursor, visionario e, incluso, un periodista de su tiempo ya que reflejó la realidad de lo que sucedía en sus obras. Me gustaría reflejar los desastres bélicos que tienen lugar en nuestros días, pero siempre desde un punto de vista plástico y figurativo.
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