Cultura

El Brujo critica la falta de interés por el teatro de la Administración

  • El actor cordobés presentó en Madrid su último espectáculo en el que rinde homenaje al público

Una noche con El Brujo es el último espectáculo del cordobés Rafael Álvarez en el que el actor rinde homenaje al público en su 30 aniversario en los escenarios y que llegará por primera vez a Madrid, al Teatro Infanta Isabel a partir de mañana, después de una larga gira de ocho años por toda España. Así lo explicó ayer El Brujo durante la presentación de la función que por cuarto año consecutivo le permite estar presente en la temporada de este emblemático teatro de la capital que ha cumplido su centenario.

El Brujo que no paró de criticar la ausencia permanente del alcalde de Madrid en sus espectáculos y también en los cuatro teatros más antiguos de la capital (el citado Infanta Isabel, el Reina Victoria, el Alcázar y el Lara), aludió asimismo al ministro de Cultura, César Antonio Molina, "que se ufana públicamente de no saber de teatro", señaló, "aunque esto para un responsable político no es una excepción", matizó.

"Aunque las instituciones creen apoyar el teatro y es verdad que en parte lo hacen, piensan sin embargo que deben favorecer sólo al teatro público, que representa apenas el 20 % de lo que se hace en este campo", lamentó. El actor achacó esta falta de interés de los responsables de las distintas Administraciones a que esta actividad "no les sirve para promocionarse políticamente y por eso no les interesa tanto".

En Una noche con El Brujo, que nació hace ocho años de una propuesta que le hizo la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Rafael Álvarez explicó que se trata de una "reflexión sobre el hecho de estar vivo después de 30 años en escena". El actor afirmó que en todo ese tiempo no ha cambiado en el mundo del teatro "ni la envidia ni esa miseria dorada de estar con la incertidumbre, y que, por otro lado, nos hace grandes y que reconvertimos en elemento poético", manifestó.

Según el actor es el público el que sostiene el teatro, "el que permite que un actor pueda sobrevivir pasando de los críticos, de las instituciones e incluso de los autores, porque en mi caso soy yo mismo", dijo. "Y todo esto lo he aprendido con hambre, como le pasó a Lina Morgan o Darío Fo", agregó. "Por eso en este espectáculo me entrego al público y lo hago con el instrumento de la palabra poética que me enseñó mi padre", explicó. En Una noche con El Brujo, título de resonancia británica, el actor cordobés habla de su infancia, de sus primeros maestros (como Miguel Narros o José Luis Alonso), de su abuela y hasta del cura de su pueblo.

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