Cultura

El Boletín de la Real Academia de Córdoba: el reflejo de la divulgación de la historia

  • La institución celebra el primer siglo de vida del documento y presenta el ejemplar de su centenario, obra de Juan Gregorio Nevado Calero

José Cosano, Salud Navajas y Juan Gregorio Nevado Calero.

José Cosano, Salud Navajas y Juan Gregorio Nevado Calero. / Miguel Ángel Salas

El Boletín de la Real  Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba de Córdoba ha cumplido su primer siglo de vida. El primero de todos ellos salió en 1922 y, desde entonces, no ha dejado de salir, salvo durante los años de la guerra civil en España. Con motivo de este primer centenario, la entidad ha publicado el Boletín de la Real Academia de Córdoba 100 años de divulgación (1922-2022), una obra que llevado a cabo Juan Gregorio Nevado Calero.

La presentación del mismo ha tenido lugar en el salón de plenos de la Diputación de Córdoba y ha contado con la asistencia de la delegada de Cultura de la institución provincial, Salud Navajas, además de representantes de la Universidad de Córdoba y del ámbito cultural y judicial de la provincia.

Nevado Calero ha sido quien se ha encargado de leer los boletines publicados desde entonces y dar forma al del centenario. Reconoce que en ello ha empleado "miles de horas", tantas que no puede cuantificarlas. En su trabajo, continúa, ha comprobado que en un principio, el boletín era de carácter trimestral y algunos de esos ejemplares tenían hasta 700 páginas, a los que se suman algunos números extraordinarios.

Memorias de actividades cada curso, actividades de la Real Academia de Córdoba, artículos de colaboración o reseñas son solo algunos de los temas recogidos en estos boletines durante los últimos cien años. Entre todos estos textos, Nevado Calero tiene un artículo que destaca y que aparece recogido: el proceso judicial a Jesucristo. "Llama la atención que alguien en la actualidad sea capaz de dilucidar el procedimiento que le siguió a Jesucristo basándose en las Escrituras", apunta. 

"Me ha llevado mucho tiempo de trabajo por encargo de la Academia y han sido miles de horas en leer cada documento, sacar personas, lugares y materias y ponerlos en índices", asegura y añade que el trabajo que ha llevado a cabo "es como hacer un mosaico con teselas". 

Si algo tiene claro Nevado Calero, que también es el presidente de la Asociación Provincial Cordobesa de Cronistas Oficiales, es que todos los boletines publicados en estos cien años representan "la historia de investigación cordobesa", ya que contienen una temática "muy variada y ofrecen una visión decimonónica de personas y de lugares visto desde la perspectiva descriptiva".

Y ese es uno de los grandes cambios que ha visto en su estudio, la evolución de la propia visión de los textos, sobre todo, con la incorporación de profesionales de la Universidad de Córdoba a partir de los años 70 del pasado siglo. Este hecho, anota, ha permitido que el Boletín "haya crecido en profundidad, metodología y temática". Y es que, "antes era más descriptivos y ahora de investigación", detalla.

Otro de los aspectos que destaca es que en el Boletín de la Real Academia de Córdoba, "una institución de la solera, hay mucha producción".

La presentación también ha contado con la asistencia del presidente de la Real Academia de Córdoba, José Cosano, quien recuerda que la puesta en marcha del Boletín fue un pensamiento que ya tuvo en su fundación, allá por 1810, Manuel María de Arjona porque "quería que no solo esa élite intelectual de la época se acunara y se proyectara su avance científico en la propia corporación, sino que se publicaran las cosas".

Así, el primer intento fue en 1813 "donde se hacen unas actas abreviadas", explica. Posteriormente, en 1847, "hacen una especie de fascículos y se empieza a publicar todo aquello que no estaba configurado, pero no había un medio de difusión como es el actual boletín". La actividad continuó y también "se hacían resúmenes de toda la actividad que había durante todo el año", detalla. 

El primer Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba llegó en 1922 con Manuel Enríquez Barrios de presidente. Al respecto, Cosano destaca que Enríquez Barrios cuenta entonces "con dos colaboradores excepcionales: Antonio Gil Muñiz y Antonio Carbonell y Trillo Figueroa, dos pesos pesados, y siendo el secretario Rafael Vázquez Aroca ponen en marcha el Boletín que ahora cumple su primer siglo de vida". "Son 100 años de divulgación en donde se recoge prácticamente toda la historia de Córdoba cuidad y provincia", concluye.

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