'Bodas de sangre' vuelve en su versión más esencial
El Centro Dramático Nacional y el Centro Andaluz de Teatro coproducen un nuevo montaje sobre la obra de García Lorca


Bodas de sangre de Federico García Lorca llega hoy al Teatro María Guerrero de Madrid en una coproducción del Centro Dramático Nacional (CDN) y el Centro Andaluz de Teatro, un montaje dirigido por José Carlos Plaza que ofrece una mirada "profunda y esencial" de esta obra, "la única tragedia contemporánea".
Así la define Plaza, para quien esta obra que Lorca escribió en 1933, inspirándose en un crimen real sucedido en Níjar (Almería) cinco años antes, es un texto "muy famoso", pero también muy desconocido porque es mucho más que "un drama rural de navajas".
Es, en su opinión, "una tragedia operística" sobre las raíces, "llena de surrealismo, poética y filosofía" y que, en palabras de Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional, "necesitaba una mirada profunda, inspirada y esencial", la que le ha dado ahora Plaza en este montaje que se estrena en el Teatro María Guerrero y que después viajará a Sevilla para iniciar una gira por toda Andalucía, Córdoba incluida.
Para el director del CDN este montaje se convertirá en "un suceso teatral". Es una producción "de carne y hueso", según el director del Centro Andaluz de Teatro, Francisco Ortuño, llevada al escenario por un equipo de actores andaluces porque ellos son quienes, según el director, pueden encarnar mejor el drama de una colectividad que vive conectada a "los ritos ancestrales" en los que se plasma "la fuerza primaria de un pueblo".
Veintidós actores y actrices, entre ellos Consuelo Trujillo como la madre de la novia, Carlos Álvarez-Novoa como el padre de la novia, Luis Rallo y Noemí Martínez como el novio y la novia e Israel Frías como Leonardo, forman parte del reparto de esta obra que cuenta con la coreografía de Cristina Hoyos.
La bailaora, que ya participó en las Bodas de sangre que se convirtieron en una de las coreografías más célebres de Antonio Gades hace 35 años, se muestra "muy emocionada" de volver a involucrarse en esta obra de Federico García Lorca.
Lejos de su lenguaje coreográfico profesional, Hoyos hace bailar a los actores con un trabajo "sencillo" con el que quiere rescatar la manera en que se baila en los pueblos andaluces "en las celebraciones". La escenografía, también simple y firmada por Francisco Leal y José Carlos Plaza, se centra en la tierra, el cielo y unas rocas inmensas para crear un territorio donde es posible llegar a la esencia del sentimiento.
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