Cultura

Baile elegante e intenso de Clara Gutiérrez

Clara Gutiérrez y su cuadro flamenco. Lugar: Teatro Avanti. Fecha: Jueves 29 de abril. Entrada: Lleno.

Una hora de flamenco joven que se agradece por su vitalidad y generosidad fue el vivido el pasado jueves en el Teatro Avanti, gracias a la bailaora Clara Gutiérrez y su grupo. Con el cante de Antonio Mejías y el toque de Paco de Dios, la seguiriya de inicio le permitió a Clara Gutiérrez esbozar con determinación figura y estampa, fugaz epílogo de baile intenso que marcó las intenciones estéticas de la artista.

En los tangos la joven bailaora abundó en sabrosas insinuaciones corporales en una bien estructurada correlación de movimientos. El arrebatador temperamento afloró de manera puntual, sin que eclipsara otros aspectos técnicos de enorme valor para redondear el mensaje del baile; su expresión quedó reforzada por la verticalidad, que fue eje determinante. Los tanguillos resultaron ser un guiño al cante de Antonio Mejias, un flash para el recreo visual que la seducción rítmica y gestual que este palo sugiere.

Clara Gutiérrez afrontó vibrante su último baile por soleá, manteniendo la concentración que durante su actuación le estaba ayudando a plantear con seguridad y éxito su propuesta. Con este baile quedaron expuestos los criterios flamencos que la definen como bailaora, desde la efectiva estampa para subrayar el silencio evocador hasta el incesante y explícito zapateado a manera de acentuación expresiva, sin dejar de lado puntuales giros y discretos contoneos, entre otros recursos. No faltó el bis espontáneo por bulerías. Hay que destacar que cada baile realizado por Clara Gutiérrez se proyectó desde la elegancia y sobriedad de vestuario y compostura, y un natural saber estar en el escenario, sin excesos.

La entrega y profesionalidad del cantaor Antonio Mejias y el guitarrista Paco de Dios es de elogiar. Si acompañando a Clara Gutiérrez no regatearon esfuerzos desde la calidad artística que poseen, en la misma línea se mostraron los dos ante el público y en solitario, cubriendo el tiempo que necesitó la bailaora para cambiarse de traje.

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