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Desde su reapertura hace 12 años como sede operística, el Teatro Real de Madrid ha venido cumpliendo de forma razonable con su función (que algunos casi consideran servidumbre) de teatro nacional, dando espacio a estrenos de compositores españoles (García Abril, Halffter, Sotelo, De Pablo, Sánchez Verdú, Balada) y recuperando títulos antiguos, de la barroca Celos aun del aire matan de Juan Hidalgo a las óperas, ya del siglo XX, de Xavier Montsalvatge, pasando por el clásico Martín y Soler y los románticos Carnicer o Arrieta.
Cierto que en muchos casos el Real se contenta con ofrecer versiones de concierto de las óperas antiguas, pero dado el estado general de postración en que el repertorio patrio se encontraba hace sólo una década cada una de estas iniciativas merece el reconocimiento del aficionado. En cualquier modo, el círculo virtuoso de la difusión no se completa hasta que las obras no son editadas en papel y grabadas discográficamente. Por ello el acuerdo entre el Real, el Instituto Complutense de Ciencias Musicales y el sello italiano Dynamic para la producción de La conquista di Granata de Arrieta, que contó con edición crítica de Ramón Sobrino y María Encina Cortizo, se antoja ideal, y ello a pesar de que el registro llegue dos años y medio después de las funciones, que tuvieron lugar en julio de 2006.
De Pascual Emilio Arrieta (Puente la Reina, Navarra, 1821 - Madrid, 1894), el Real ofreció ya en 2004 Ildegonda (hay grabación, en RTVE Música), su primera ópera, escrita cuando aún era alumno del Conservatorio de Milán, donde fue estrenada en 1846. Aquel mismo año, el joven compositor regresó a España y en 1848 se convirtió en profesor de canto de Isabel II y en Compositor de la Real Cámara y Teatro. Hizo construir entonces un teatro en el propio Palacio Real, donde ofreció su Ildegonda, que gustó tanto a la reina que le pidió una nueva ópera: sería La conquista de Granada, que, como la primera, tendría libreto de Temistocle Solera (libretista de Verdi) y se estrenaría el 10 de octubre de 1850. Una tercera ópera con libreto de Solera quedó sólo en el proyecto, antes de que el compositor se consagrase a la zarzuela, género que terminó dándole fama y dinero.
Sin embargo, La conquista de Granada es una obra muy apreciable, y no deja de resultar chocante que tantos teatros españoles se hayan volcado con el repertorio belcantista italiano sin reparar en ella. Con una trama que presenta las típicas intrigas sentimentales sobre el fondo histórico de rigor, en la partitura conviven rasgos del joven Verdi con una base donizettiana y números en el estilo alhambrista que tan bien convenía al tema. Los conjuntos del Real rinden a muy buen nivel de la mano de López Cobos y el equipo canoro es de primerísimo nivel, con la pareja protagonista de Mariola Cantarero y José Bros que muestra un exultante estado de forma, y con Ana Ibarra, Alastair Miles, Ángel Ódena, David Rubiera, David Menéndez y María José Suárez completando un elenco casi por completo español.
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