En sus casi 5.000 metros de estanterías el Archivo Histórico Provincial, situado en la calle Pompeyos, guarda una parte importante de la historia de Córdoba. Los archiveros cuidan de documentos que proceden de toda la provincia y de distintas instituciones, como actas notariales desde el siglo XV, de Hacienda desde el Catastro de Ensenada (en 1749), del clero desde el siglo XIII y también otros procedentes de la desamortización. A esto hay que sumar lo que llega de las instituciones judiciales o las delegaciones de la Junta de Andalucía. "Es tanta que el edificio se nos ha quedado pequeño y está previsto que en unos años se construya otro nuevo", manifestó la directora del Archivo Histórico Provincial, Alicia Córdoba. El día de estas instituciones se celebró ayer en el Provincial, el Municipal, el Diocesano y el Histórico de UGT con visitas guiadas, música y conferencias con el objetivo de acercarlos a los ciudadanos.

Córdoba cuenta que es muy difícil cuantificar el número de documentos que se custodian aquí y por eso se miden en metros lineales. A los casi 5.000 que hay en la calle Pompeyos hay que sumar otros mil que están en un espacio cedido por la Delegación de Cultura. La sede del Archivo Provincial está compuesta por dos edificios, uno es una casa barroca del siglo XVIII y otro la antigua iglesia de Santo Domingo de Silos, que con la expulsión de los Jesuitas en 1767, en tiempos de Carlos III, se desacralizó. Desde entonces ha tenido varios usos, incluso fue una bodega, hasta que fue adquirida en los años 70 por el Estado.

En esta zona se centró ayer la visita guiada, en especial en la Capilla de los Escribanos, donde sobre una mesa se exhibieron y explicaron varios documentos, como una escritura notarial de la venta de la Villa de Benamejí a un noble, otro pergamino datado en 1322 o una pequeña parte del archivo fotográfico de los Romero de Torres (cedido por el Museo de Bellas Artes) en las que el autor de La Chiquita Piconera aparece con su familia, pintando a sus modelos e incluso incluye fotos de admiradoras, amantes y amigas dedicadas: "La pose de ellas y las dedicatorias dan mucha pista de que así lo eran", indicó Rafael Martínez, archivero de esta institución.

El tesoro más antiguo de este centro data de 1260 y es un pergamino que procede del Convento de Santa Clara. "No es que sea especialmente bonito, pero es curioso porque se escribían en piel de animal, antes de que se usara el papel como soporte", apuntó Córdoba. Además, "lo curioso es que se trata de la compraventa de una propiedad que luego pasó a ser del convento de mujeres más antiguo de Córdoba, fundado en la Reconquista".

El trabajo en el Archivo Provincial comienza cuando llega un documento ya que hay que comprobar su veracidad, organizarlo y describirlo; un proceso en el que, en caso de que sea de carácter histórico, a veces hay que llevar a cabo una investigación. Otra labor es la difusión a través de actividades dirigidas a alumnos de Secundaria. También se exhibe al público en general un Documento del mes, que en este caso es sobre la acogida del régimen franquista de niños y víctimas de la II Guerra Mundial.

A esto hay que sumar la atención a los usuarios que llegan para hacer consultas ya que cualquiera puede acceder a estos documentos identificándose previamente con DNI o pasaporte. La directora del Archivo Provincial aclaró que hay algunos de estos escritos "que aún no son accesible porque tienen datos de carácter personal y hasta que no pase el tiempo prudencial que establece la ley de respeto al honor y la intimidad, hay que guardar ese margen". Hay otros que, por su delicado estado de conservación, tampoco se pueden consultar.