El escritor Antonio Gala recogió ayer en Alcalá de Henares el que hace su galardón número 500 y lo hizo en plenas facultades de "guaperío" e ironía aunque aseguró que está "malísimo" debido a la enfermedad que padece.

"Hay cadáveres muy bonitos", dijo correspondiendo a los piropos de los periodistas con los que habló antes de ser nombrado miembro de honor del Claustro de las Artes de la Universidad de Alcalá, un reconocimiento que, según apuntó, le hace "muy feliz".

Apoyado en su inseparable bastón y vestido con un elegante traje gris oscuro, con fular al cuello y corbata de flores verdes, el escritor, que cumplió el pasado mes los 76 años, aseguró que se "vigila el cáncer" cada dos meses y que ni sale ni va a ningún sitio, pero que quiso estar en Alcalá porque tiene "mucha relación" con la ciudad cervantina.

Allí recogió hace años otro premio "en medio de un terremoto", bromeó el autor, y por eso también quiso hacer el esfuerzo de acudir de nuevo a la localidad para "cerrar el capítulo alcalaíno".

El poeta, dramaturgo, novelista, ensayista y articulista, nacido en Brazatortas (Ciudad Real) aunque cordobés de adopción, adelantó que no escribirá sus memorias porque está "desanimado". "No merece la pena contar mis memorias a la presente generación", manifestó, aunque sí se publicará este mismo mes el libro Quinta esencia, escrito por "alguien" de su confianza, con sus opiniones "sobre temas esenciales del ser humano".

Haciendo honor a ello, hizo comentarios sobre la situación política y económica, asegurando que "todos los países están mal gobernados. Hasta Hollande -presidente de Francia- en el que teníamos tantas expectativas, ya está desacreditado".

Le preocupa más el deterioro material que el intelectual porque el segundo "se recuperará", ironizó. "Cuando una persona sale lista y le dan motivos para insultar tiene siempre un porvenir muy importante. No, el deterioro intelectual no me preocupa. Me preocupa el hecho de que la escasez de dinero nos va a hacer perder generaciones enteras de investigadores", aseveró.

La situación, añadió, le produce "no solo un cierto malestar sino un malograr, y todo esto, con la moral deficiente, baja: 'A ver quién roba más y a ver quién es el más listo'. Todo es muy desagradable porque ensucia".

Gala compartió el honor que otorgan la Sociedad de Artistas de España (AIE) y la Universidad de Alcalá desde 1996 con el director británico Sir Alan Parker, la cantante y actriz Ana Belén, el director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Francis Gurry; el compositor e intérprete francés Jean Michel Jarre y el actor José Sacristán.