Antonio Álamo descubre el humor de 'Chirigóticas' en el Teatro Alfil

El escritor y director teatral Antonio Álamo presenta desde mañana hasta el 14 de septiembre Chirigóticas en el Teatro Alfil de Madrid, una obra que "promete risas" y con la que este cordobés ha pretendido "adecuar el fenómeno de la chirigota ilegal callejera" a una representación teatral.

El que fuera Premio Jaén de Novela 2004 por su obra El incendio del paraíso declaró ayer que la idea de Chirigóticas surgió a partir de la petición que el dramaturgo José Monleón le hizo para inaugurar el teatro que lleva su nombre en Leganés, en el marco del Festival Madrid Sur.

Chirigóticas, que ha recorrido el territorio nacional y ha actuado ya en cerca de cien funciones, llega ahora a Madrid de la mano de cuatro mujeres que protagonizan tres historias distintas que se acercan, desde distintas perspectivas, al papel de la chirigota gaditana. La primera parte, La tela te lo vale, se desarrolla en el mercado callejero El Piojito. En este escenario son las propias actrices la que van creando el ritmo mediante el griterío y sus cantos.

Las emigrantas es el título de la segunda parte, en la que estas cuatro mujeres describen un viaje de supervivencia con la ayuda del romancero gaditano. Para terminar, en Cambio de estado, estas actrices celebran la despedida de soltera de una de ellas y hacen uso de su lenguaje callejero.

A pesar de que es la primera vez que trabaja con estas intérpretes, Antonio Álamo dice estar satisfecho: "Son unas actrices con una importante capacidad de escucha y con una gran sintonía, entre ellas se nota que son un equipo", afirmó.

Este autor dramático está seguro de que la obra va a tener una gran acogida entre el público, porque ha explicado que resulta "novedoso acercar una tradición determinada al teatro".

Según Álamo, el "humor crítico" junto con el repertorio y las letras de Ana López son las claves del montaje.

Escritor de novelas, cuentos, de libros de viaje y dramaturgo, Álamo es actualmente director del teatro Lope de Vega y, aunque está contento por desempeñar ese puesto, reconoce que le supone un gran esfuerzo: "Ahora sigo escribiendo, aunque el ritmo no es el mismo".