Cultura

El Año Teno indaga en la relación íntima del artista con la tauromaquia

  • El Museo Taurino acoge hasta el 6 de enero una exposición integrada por 37 obras que pone de manifiesto a través de la fiesta la personalidad y la singularidad creativas del pedrocheño

El Año Teno recala en el Museo Taurino con una exposición que constata la afición del artista a la fiesta a través de una selección de pinturas, esculturas y acuarelas para serigrafías. Treinta y siete obras integran una muestra visitable hasta el 6 de enero que revela la íntima relación del pedrocheño con esta manifestación, hasta el punto de que quiso ser torero, si bien la vida le llevó por otros caminos.

Las exposiciones incluidas en este programa que se desarrolla a lo largo de todo el año están poniendo de manifiesto la diversidad de enfoques que permite la amplia obra de Teno y, al mismo tiempo, la fuerza de su lenguaje creativo. Ya sea un monje, un quijote, un águila o un toro, una obra de Teno se revela inmediatamente, por sus rasgos, por su expresionismo, por su manera de comunicar y relacionarse con el entorno y con el espectador, como suya. Así lo puso ayer de manifiesto el comisario de las exposiciones del Año Teno, Cristóbal Cordero, que subrayó que el artista, fallecido el pasado año, "siente el mundo del toro de manera muy auténtica", ya que estuvo "arraigado en él desde la adolescencia". Lo conoció "desde cerca" y vivió no solo la pasión por las grandes figuras sino "la tristeza de los que triunfaban" y el lado menos vistoso de esta tradición.

Torero sentado (en plata y mineral), Toro en olivar (bronce y madera), Toro, en el último gemío (bronce), Minotauro (bronce) y Garrochista sobre el potro (bronce) son algunas de las esculturas expuestas, junto a las dedicadas a Juan Belmonte, Paco Camino, Pepe-Hillo y Lagartijo, a quien admiraba especialmente. Entre las pinturas destaca, al comienzo de la exposición, La corrida del 11-M (técnica mixta), inspirada en los terribles atentados de 2004 en Madrid. Una obra "llena de impacto", en expresión de Cordero, en la que Teno grita su horror desde una plaza delirante y macabra, sirviéndose del collage. También se exhiben El toro arriba, Bendición en el ruedo, Toreros del olivar y La gran corná, junto a dos tauromaquias completas, una de ellas en acuarela sobre papel dedicada a Paco Camino. Todas las obras, que según Cordero establecen un singular diálogo con el entorno en la casa que alberga el museo, han sido cedidas por la viuda del artista.

En la relación de los grandes creadores plásticos españoles que con más solvencia y personalidad se han acercado al mundo del toro, Cordero reclama un espacio para Teno. El pedrocheño pensaba lentamente las obras pero era "de ejecución rápida".

Teno y la tauromaquia es, según el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, uno de los "platos fuertes" del Año Teno, que va llegando a su fin. La muestra coincide en el tiempo con Teno y el arte sacro, recientemente inaugurada en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral. La última entrega de esta serie expositiva será Teno escultor y orfebre, que podrá verse en el Palacio de Viana entre noviembre y diciembre. La unión de varias instituciones ha hecho posible el desarrollo de esta programación.

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