Opinión | Paco Martín, productor musical

Agua

Una imagen de archivo de Pau Donés

Una imagen de archivo de Pau Donés

Conocí a Pau Donés poco después de la publicación de su álbum Depende en 1998. Aquel disco contenía una de las canciones más hermosas que yo había escuchado en los últimos tiempos y probablemente en mi vida. Aquel día, por sorpresa, fui llamado al despacho de presidencia de mi compañía por entonces, Sony. Allí estaba de pie esperándome Pau junto a su mánager y nuestro presidente. ¡Por fin conozco a la leyenda! Estas fueron sus primeras palabras dirigidas hacia mí, seguidas de un gran sincero abrazo. Según Donés, yo era para él una leyenda en la historia musical de España y sentía admiración por todo mis trabajos a lo largo de mi vida. Mucho título para tan poco bagaje, pensé yo. Me quedé con ese sobrenombre entre los conocidos de la profesión.

Agua representaba para mí la canción perfecta. La canción que todo compositor sueña con hacer algún día. Una canción inmensa, como toda su trayectoria artística. Coincidí varias veces con Pau. Su sonrisa permanente contagiaba. Sentíamos un cariño mutuo y sincero entre ambos. A pesar de mi insistencia, no conseguí que me contara la historia que había detrás de esta inolvidable canción, aunque yo la sabía.

Pau Donés tenía el don divino y la capacidad de hacer canciones con los dedos del corazón y de una sensibilidad dulce e infinita. Como artista colaboró con los más grandes y dio innumerables conciertos por todos los puntos de la tierra e incluso llegó a tocar en el prestigioso Blue Note de Tokio. La flaca, El lado oscuro, Depende, Agua...

Decía García Márquez que ofrecer amistad al que busca amor es como dar pan al que muere de sed. Nada más hermoso podría explicar el significado de esta belleza musical. Compartimos noches llenas de magia e inolvidables, como en La Cecilia de La Habana entre ron, merengues, mojitos y sones cubanos que nos alegraban el alma, siempre con el tema musical como conversación y la búsqueda de las raíces.

Le decretaron en el 2015 un maldito cáncer de colon y luchó desde el primer instante con valentía para intentar vencerlo. No pudo ser. Vivía en un pequeño pueblo del Pirineo catalán, Betlan, un lugar idílico y de ensueño. Su paraíso, donde fabricaba canciones perfumadas para hacernos la vida más hermosa. Extensa discografía y multitud de premios y reconocimientos a su impecable trabajo creativo y artístico. Pau Donés nació en Montanuy, Huesca, el 11 de octubre de 1966. Hoy nos dejó. Poca gente he visto morir con más dignidad. Tenía 53 años.

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