"Abderramán III fue un tirano implacable"

ramón muñoz. escritor

El novelista madrileño viaja a la Córdoba del siglo X, una ciudad "caleidoscópica", en su última obra, 'El brillo de las lanzas', en la que combina hechos históricos y ficticios

Ramón Muñoz, con 'El brillo de las lanzas'.
A. A. Córdoba

01 de noviembre 2013 - 05:00

Abderramán III está acabando una por una con las rebeliones que pusieron en peligro la integridad de Al-Ándalus, pero aún quedan algunos rebeldes que, impulsados por el deseo de venganza o el ansia de libertad, están dispuestos a desafiar la autoridad de Córdoba. Ramón Muñoz (Madrid, 1971) sigue en la senda de la novela histórica tras la publicación de La tierra dividida (2012) con El brillo de las lanzas (Ediciones Pàmies).

-¿Cómo ha sido su inmersión en la Córdoba del siglo X? ¿Qué aspectos le interesaba destacar?

-Ha sido una experiencia fascinante. Afortunadamente sabemos bastante sobre la Córdoba omeya gracias a las crónicas que han sobrevivido hasta nuestros días y los descubrimientos arqueológicos de las últimas décadas, así que resulta posible, con un poco de imaginación, zambullirse en aquella Córdoba del siglo X utilizando como referente la ciudad actual. Respecto a los aspectos que más me ha interesado destacar, y un poco obligado por el hecho de que uno de los protagonistas es cristiano, he querido centrarme en la Córdoba mozárabe, uno de los muchos aspectos diferentes de aquella ciudad caleidoscópica, así como en los que eran en aquel momento los símbolos más llamativos del poder califal: la mezquita mayor, que aún podemos visitar, y el Alcázar, cuyos restos serían posteriormente aprovechados por Alfonso XI para construir la fortaleza que hoy conocemos.

-¿Qué supuso para la ciudad la proclamación del Califato?

-Córdoba ya era por aquel entonces una gran metrópoli. Incluso si consideramos exageradas las cifras que dan los cronistas de la época sobre su población, número de mezquitas, etcétera, era una ciudad que impresionaba a los visitantes extranjeros por sus dimensiones y su actividad artesanal y comercial. Estamos hablando de una ciudad que llega a tener en torno al medio millón de habitantes en un momento en el que París y Londres eran poco más que pueblos grandes. Es necesario dirigirse a Oriente, hasta Bizancio o el Califato de Bagdad, para encontrar metrópolis comparables en cuanto a tamaño. La proclamación del Califato omeya, con Córdoba como capital, sirvió para que su papel fuese todavía más relevante, convertida en uno de los núcleos urbanos más importante, si no el más importante, de la Europa occidental.

-¿Cómo definiría a Abderramán III?

-Es un personaje ambiguo, como sucede con casi todas las figuras significativas de la Edad Media cuando las examinamos desde una perspectiva crítica y no tal como nos las presentan ciertas versiones edulcoradas o interesadas. Gracias a él, Al-Ándalus conoció una prosperidad y estabilidad nunca conocidas con anterioridad y que no volverían a repetirse tras el fin del Califato. Hay que apuntar en su favor que fue una persona extremadamente pragmática desde el punto de vista religioso. Le preocupaba mucho más la eficacia de sus sirvientes que el credo que profesasen. Pero también hay que decir que fue un tirano implacable, arrogante y, con frecuencia, innecesariamente cruel, y que sus últimos años fueron bastante tenebrosos, tal vez como consecuencia de su excesiva afición al vino.

-¿Cuánto hay de Historia y cuánto de ficción en esta obra?

-Hay bastante de ambas. Me he preocupado por ser lo más riguroso posible en cuanto al contexto histórico en el que se desarrollan las tramas, pero a la vez he utilizado ese contexto como telón frente al cual situar unas historias que son en gran medida fruto de mi imaginación. Aun así, estas tramas, aunque en algún momento puedan no parecerlo, son coherentes con la época en la que las sitúo. Por ejemplo: movimientos mesiánicos similares al que describo en la segunda parte de la novela tuvieron lugar antes y después de las fechas en las que lo sitúo, y sus características no fueron muy diferentes aunque sí lo fuese la inspiración que los animó.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último