La Abadía acerca la versión escénica de 'Maridos y mujeres' al Teatro Góngora

La compañía Teatro de la Abadía trae esta tarde (20:30) al Teatro Góngora una de sus producciones de mayor éxito, Maridos y mujeres, un montaje dirigido y adaptado por Álex Rigola a partir del guión de Woody Allen para su mítica película, una obra en torno a las relaciones de pareja con el mismo título. Los seis personajes que aparecen en la función están encarnados por Luis Bermejo, José Luis Torrijo, Miranda Gas, Elisabet Gelabert, Fernando Soto y Nuria Mencía, un ensamblado reparto que brilla en sus respectivos papeles.

El cineasta americano estrenó Maridos y mujeres en 1992, interpretada por él mismo, Mia Farrow, Sidney Pollack y Liam Neeson, entre otros. La historia que narra la película, a pesar del tiempo transcurrido, tiene plena actualidad ya que en ella Allen, un avezado conocedor de las miserias y grandezas de la naturaleza humana, utiliza la comedia para tocar temas más profundos de lo que parece en un primer vistazo y, desde luego, tan vigentes como el amor y el desamor, la duración de las relaciones, la pasión o la duda.

En el escenario del Teatro Góngora la acción se trasladará a España para contar cómo Álex, escritor y profesor de literatura, y su mujer Carlota, que trabaja en una revista de arte, no dan crédito cuando se enteran de que sus mejores amigos, Alicia y José Luis, aparentemente una pareja perfecta, han decidido separarse. A partir de esta noticia, la pareja comienza a plantearse si su matrimonio se basa en una relación realmente sólida. Si sus amigos, cuya relación juzgaban como modélica, se separan, ¿qué pasará con ellos?, se preguntan angustiados sintiendo que un cataclismo amenaza sus vidas.

Según su director, Maridos y mujeres es un espectáculo "terapéutico" en el que el espectador comparte, no sólo la intimidad de la vida en pareja de los personajes, sino su espacio, ocupando los propios sofás utilizados en la escenografía. Para Álex Rigola, la obra es "un retrato crudo y obsceno de las relaciones de pareja" donde "el humor, ese gran rasgo de inteligencia, sigue siendo el camino más llano para abordar nuestros conflictos más intensos". En cuanto al tema central del texto, la pareja, Rigola considera que toda la ficción que hemos recibido del mundo del cine y de la literatura en torno a las relaciones siempre está enfocada en los momentos culminantes de éstas: "Ese estado maravilloso y estúpido donde no hay manera de centrar tus neuronas. Y después, la mayoría de los cuentos terminan diciendo 'fueron felices y comieron perdices'. Pero en proporción, muy pocas historias cuentan qué pasa cuando llevas comiendo perdices más de diez años. Y como nos han educado en estas fábulas, seguimos esperando que nuestra relación de pareja siga siendo ese punto álgido inicial".