Itálica necesitaba esta obra
Crítica de Teatro
EL EUNUCO
Teatros Romanos. Cía Clásicos Contemporáneos. Autor: Terencio. Versión libre y dirección: Sergio Rodríguez. Intérpretes: Estrella Corrientes, Falín M Galán, Juanfra Juárez, Josu Eguskiza, Carmen Corch y Rocío Hoces. Música, espacio sonoro e iluminación: Rafael Díaz Ramírez. Vestuario: Margarita Huertas. Escenografía: Ruesga Theater Lab. Lugar: Teatro Romano Itálica. Fecha: Miércoles, 27 de julio de 2016. Aforo: Lleno.
Mucho hemos comentado la idoneidad de una programación impostada e improvisada que pretende darle vida a la noche de los Teatros Romanos de Andalucía. Hemos cuestionado que, o se toma en serio y se presentan espectáculos que estén acordes con el contenedor (piedras milenarias, cielos estrellados, lunas hermosas, alguna vez, una brisa), hablamos, por tanto, de conciertos, de danza, de obras con grandes repartos, o mejor cerramos el quiosco porque no tiene sentido jugar a ser importante, cuando la aportación técnica es precaria y el pago a los artistas se lo dejamos a la taquilla.
Y en estas disquisiciones estábamos cuando aparece este eunuco, a cargo de la sevillana Cía Clásicos Contemporáneos, y aparta de un manotazo las negras nubes que se cernían sobre el invento. Josu Eguskiza y, sobre todo, la brillante versión, por simple, por descarada, por ingeniosa, por reflejar el momento político con sus ironías, de Sergio Rodríguez, dieron en la clave de lo que necesita Itálica: seis actores, una comedia clásica, ganas de pasarlo bien y el soplo de un maestro como Juan Ruesga, que aparece oculto tras su laboratorio: el escenario y el vestuario han sido cedidos por Rafa Herrera, Hiperbólicas Producciones, que los utilizó el año pasado en el Festival de Mérida firmados por Ruesga y su hija Margarita, que hicieron de padrinos de la compañía de Eguskiza, convirtiendo la noche en uno de esos momentos en los que uno le encuentra sentido a las piedras, a la luna, y hasta a la brisa.
En estado de gracia estuvo Estrella Corrientes, inigualable como Tais, insuperable Falín M Galán, maestro de la comedia, y digno y perfecto Juanfra Juárez. Con sus compañeros hicieron reír, provocaron aplausos y, sobre todo, se adueñaron del teatro y de su historia milenaria.
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