Cambio en la casa blanca Los analistas consideran que la nueva jefa de la diplomacia tiene posturas duras hacia Rusia

Moscú no espera nada de Hillary

  • Las autoridades del Kremlin no han realizado ninguna valoración del nombramiento de Barack Obama

La futura secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, se anuncia como una interlocutora poco cómoda para el régimen de Moscú debido a sus tomas de posición antirrusas y a su bagaje político, consideran varios analistas rusos.

El presidente Dimitri Medvedev no manifestó ninguna reacción oficial al nombramiento de Clinton.

Pese a ello, Konstantin Kossachev, jefe de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso), dio idea del poco optimismo que reina en el Kremlin.

Hillary Clinton y Robert Gates -confirmado en su cargo de secretario estadounidense de Defensa- son "firmes partidarios de la dominación de Estados Unidos en el mundo y de una dura defensa de los intereses norteamericanos en cualquier sector", afirmó Kossachev.

Ante esto, el responsable parlamentario vaticinó que el diálogo entre Moscú y Washington "no será menos complicado de lo que lo fue durante la administración de George W. Bush".

El diario Izvestia, favorable al Kremlin, calificó a Clinton de "halcón" de la futura administración del presidente electo Barack Obama al subrayar su afiliación al ala "derecha" del Partido Demócrata.

Por su parte, el politólogo ruso Fedor Lukianov se preguntó "cuántos políticos" con experiencia en asuntos internacionales tendrá la futura administración de Obama, en referencia a Clinton y también al vicepresidente electo, Joe Biden, un avezado experto en la escena mundial. "Hillary Clinton tiene tal estatura política que es difícil imaginársela como un simple miembro de un equipo. Ella tiene sus propias visiones, sin hablar de las de su esposo", explicó a la AFP Lukianov, redactor jefe de la revista Rusia en la Política Mundial.

"Hay muchas posibilidades de que sea Hillary Clinton quien defina la política estadounidense frente a Rusia, pues el presidente electo tiene otros temas en que ocuparse, como Afganistán y Pakistán", añadió.

Por lo que respecta al espinoso tema de la ampliación de la OTAN a dos ex repúblicas soviéticas, Ucrania y Georgia -cuestión que exaspera los ánimos rusos-, Moscú no incuba esperanzas de que las cosas cambien con Clinton.

"La nueva Administración estadounidense no forzará la entrada de Kiev y Tiflis en la Alianza Atlántica pero no renunciará a la idea", consideró Evgueni Volk, un analista de la fundación norteamericana Heritage con sede en Moscú.

"La idea de la ampliación de la OTAN es algo que le gusta a la familia Clinton", recalcó asimismo Lukianov.

Volk, por su parte, recordó "las declaraciones antirrusas" de Hillary Clinton durante su campaña de las primarias demócratas, cuando se disputaba con Obama la candidatura demócrata a la presidencia estadounidense.

Por aquel entonces, la demócrata no tuvo pelos en la lengua para calificar la elección de Dimitri Medvedev como nuevo presidente de Rusia, el 2 de marzo, de "gran fecha en la regresión de la democracia rusa".

Ante estos indicios, Rusia "no debe esperar una mejora de sus relaciones con Estados Unidos", cuando Clinton asuma a partir del 20 de enero.

Volk también recordó que Hillary Clinton trabajó en la comisión de las fuerzas armadas del Senado estadounidense y "privilegiará los métodos enérgicos" para resolver los problemas internacionales.

Por su parte, Andrei Kortunov, presidente de la Fundación Nueva Eurasia, prevé "un renacimiento de la política tradicional de los demócratas con un especial acento en el multilateralismo". Y ello creará para Rusia "oportunidades y al mismo tiempo problemas".

Entre las oportunidades, Kortunov cita una "posición más flexible en el tema del escudo antimisiles estadounidense en Europa o la ampliación de la Alianza Atlántica".

Entre los problemas, el analista no ocultó que "la administración (de George W.) Bush cometió muchos errores y, desde esa perspectiva, Rusia lo tenía más fácil para hacer amigos en el escenario de la política internacional, como se ha demostrado con la reciente gira de Medvedev por América Latina".

"La política de la nueva Administración será más agresiva, sobre todo respecto a las regiones donde Estados Unidos se debilitó en los últimos años, como Oriente Medio, América Latina o Europa y ello creará problemas para Rusia", vaticinó el experto en cuestiones internacionales.

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