Jazz

En estos tiempos

  • La temporada discográfica vuelve a presentar un balance que evidencia el creativo estado del territorio jazzístico

Cécile Mclorin Salvant, uno de los nombres del año.

Cécile Mclorin Salvant, uno de los nombres del año. / D. S.

Refutando con contundencia a aquellas voces que insisten en darlo por muerto, el jazz se reinventa periódicamente de la mano tanto de veteranos exponentes como de flamantes generaciones de músicos atraídos por la riqueza de su pasado pero sobre todo por su imbatible capacidad evolutiva. De ella se ha alimentado desde su nacimiento y gracias a ella continúa ganando públicos, estableciendo solventes alianzas con otros territorios musicales como electrónica, hip hop, folk, pop o, más cerca, flamenco, gestionando con lucidez la conjunción de legado y presente así como exhibiendo un potencial ideológico inherente a su papel como hito cultural y social de carácter universal.

Con los escenarios retomando su pulso habitual tras la pandemia, la paleta discográfica sigue constituyendo el primordial escaparate del dulce estado de forma del jazz, tanto a nivel nacional como internacional. Ya sea vía streaming o de la mano de un sempiterno soporte físico, donde el vinilo sigue reforzando posiciones frente al cedé tanto en novedades como en reediciones, el álbum constituye, junto a los directos, ese deseado punto de encuentro entre músicos y aficionados en el que comunión o discrepancia se manifiestan regularmente. La excelente añada de presencias solo se vio ensombrecida por el inevitable cuadro de ausencias, señalado en el ámbito foráneo por nombres del peso de Pharoah Sanders, Ramsey Lewis, Joey DeFrancesco, el productor Creed Taylor o un valor tan al alza como la trompetista y compositora Jaimie Branch, mientras que aquí el año vino a privarnos de históricos de la significación de Jordi Sabatés, Miguel Ángel Chastang o el guitarrista Joan Vinyals.

Sobre tales premisas, la cosecha discográfica de 2022 bien puede lucir con orgullo un patrimonio cimentado sobre una amistosa convivencia de contrastados veteranos y pujantes relevistas. Las selecciones internacionales y nacionales que rematan este texto constituyen un botón de muestra del que también podrían formar parte con categórico crédito los trabajos publicados durante estos doce meses por Keith Jarrett, Tim Berne, Satoko Fuji, Tony Malaby, Gard Nilssen, Samara Joy, Rodrigo Amado, Miguel Zenón, Abe Rábade, Moor Mother, Anteloper, Nate Wooley, Julian Lage, Wadada Leo Smith, Charles Lloyd, The Comet is Coming, Charles Lloyd, Odded Tzur, Rob Mazurek, Miles Okazaki, Patricia Brennan, Andrew Cyrille, Manel Fortià, John Scofield, David Virelles, Binker & Moses o Joel Ross. De igual manera podrían ganarse gratuito acceso a ellas esos rotundos exponentes del feminismo jazzístico que son For Love of Fire and Water de Myra Melford’s Fire and Water Quintet o el New Standards, Vol. 1 de Terri Lyne Carrington, el tándem Jakob Bro y Joe Lovano y su tributo a Paul Motian en ECM con Once Around The Room o el notable Multicolored Midnight del trío Thumbscrew, integrado por Michael Formanek, Tomas Fujiwara y la omnipresente Mary Halvorson.

Algunos de los discos del año. Algunos de los discos del año.

Algunos de los discos del año. / D. S.

Relación propia merece sin duda el siempre concurrido lote de reediciones o registros inéditos, protagonizados por referentes de la dimensión histórica de Freddie Hubbard con el cofre Blue Note & Impulse ’60 Studio Sessions para Mosaic Records, Bill Evans y sus directos de 1973 y 1979 en Buenos Aires, la caja Revelations. The Complete ORTF 1970 Fondation Maeght Recordings de Albert Ayler, Ahmad Jamal y los conciertos entre 1963 y 1966 en The Penthouse (Seattle), Charles Mingus y The Lost Album from Ronnie Scott’s, Miles Davis y la séptima entrega de sus The Bootleg Series, el invencible We Insist! Freedom Now Suite de Max Roach o, más cercano en el tiempo, 2003-2006 del pianista Frank Kimbrough. Por no detenernos en los relanzamientos en vinilo de los fondos de catálogo de sellos como Verve, Impulse! o Blue Note. Mucho y excelente material para tan poco espacio.

Pero la concisión manda y este personal balance anual, secuenciado en riguroso orden alfabético, se concreta sobre diez referencias internacionales (con Halvorson y Tyshawn Sorey duplicando propuestas) y otras tantas que ilustran los atributos de la efervescente escena española. Abierto queda a que el lector lo enriquezca con inclusiones que hayan quedado fuera de alcance de su radar. Mientras tanto, (re)descubran y disfruten.

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