Aperitivo con tradición

El cóctel predilecto de Isabel II y cómo el francés dominaba Buckingham

Isabel II en 2007 en un brindis en la Casa Blanca ante el presidente George W. Bush

Isabel II en 2007 en un brindis en la Casa Blanca ante el presidente George W. Bush / EFE

Hasta antes de la Primera Guerra Mundial el francés era el idioma diplomático en la corte británica, como aparecen en documentos, postales, recuadro y los gustos franceses siempre estuvieron muy presentes en la corte inglesa. Antes de la consolidación del imperio con la reina Victoria, la época victoriana, el francés, y 'lo francé', predominaba en Buckingham.

En el escudo británico aún luce por esta herencia francófila un lema en la lengua del idioma del país al otro lado del canal, aliado o enemigo según los siglos.

"Dieu et mon droit", Dios y mi derecho, es el lema que luce debajo de las armas del escudo del Reino Unido.

El escudo británico en un edificio londinense El escudo británico en un edificio londinense

El escudo británico en un edificio londinense

La influencia francesa en el protocolo y en la mesa de la corte británica fue una tradición.

En las bebidas quedó ese rastro, con un cóctel que es un buen exponente de la entente franco-británica en la corte de Londres. Aunque los vinos jerezanos siempre han tenido presencia en los aperitivos de los palacios de la familia real a lo largo de los cinco siglos (qué decir de las botas jerezanas que terminaban en Escocia para envejecer los mejores whiskis), los vinos franceses son los que se han tomado en la comidas y en los brindis oficiales, presididos por el champán.

A Isabel II el cóctel que más le gustaba para las horas previas a la mesa, e incluso para tomar en tardes ociosas en Windsor o Balmoral, era el Dubonnet con ginebra, que a su vez era la bebida favorita de su madre Isabel, reina madre que vivió 102 años, 6 más que su longeva hija.

Más que el gin a pelo, tal como alguna veces el imaginario ha pensado en ambas, la bebida británica por excelencia (difundida por todo el imperio para ser suministrada con medicinas para combatir enfermedades) era mezclada con vino francés con hierbas aromáticas y quinina (a modo de tónica). El cóctel de la Reina Madre, herencia de la influencia francesa, se confecciona con vino y ginebra, remedo del gin tonic y, originariamente, con las mismas intenciones medicinales. 

El Dubonnet procede de su creador, Joseph Dubonnet, que lo patentó para que la quinina fuera así suministrada para las tropas francesas, a mediados del siglo XIX, y así pasó rápidamente a la corte victoriana. En la publicidad de la firma vinatera (del grupo Pernord Ricard en la actualidad) se llegaba a bromear que si Napoleón Bonaparte hubiera tenido esta bebida habría vencido en Rusia debido a las bajas por enfermedades.

Cartel promocional del vino Dubonnet Cartel promocional del vino Dubonnet

Cartel promocional del vino Dubonnet

El vino Dubonnet se mezcla con zumos o refrescos, tipo rebujito, para rebajarlo en las sobremesas, pero en la familia Windsor se optó por mejorarlo con ginebra. El cóctel favorito de IsabelI II se confeccionaba con un tercio de ginebra inglesa y dos tercios de vino Dubonnet, adornado con una cáscara de naranja y enfriado por dos cubitos de hielo.

En España también hemos tenido populares vinos con quinina, vinos quinados, como el malagueño Kina San Clementes y sus memorables spots.

A raíz del fallecimiento de la monarca se ha disparado la demanda de Dubonnet y es imposible adquirir las botellas de vino francés (unos 10 euros la botella, 35 euros si es en cóctel preparado con ginebra) para crear en casa ese cóctel. Muchos británicos han querido rendir memoria a la reina brindando con su cóctel favorito.

En los próximos meses va a a ser imposible adquirir en las tiendas una de esas botellas que son testimonio  de los gustos de la reina madre y de la última emperatriz, Isabel II.

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