La moda de autor apuesta por el ‘aquí y ahora’ en una sociedad cambiante que no hace planes a largo plazo; por ello, los diseñadores de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid propusieron prendas de buena costura, atemporales, que no tienen en cuenta las estaciones y se ponen al servicio de una mujer con ganas de vivir.

Fortalecida, con ganas de tener y ofrecer un respiro, pese a las actuales circunstancias, la segunda jornada de la cita madrileña contó con Andrés Sardá, Hannibal Laguna, Roberto Torretta, Teresa Helbig, Jorge Vázquez y Braind and Beast, entre otras firmas, quienes apuestan en general por piezas de sastrería sin renunciar a las que invitan a la reflexión y a la alegría.

La nueva colección de Sardá bebe del Nueva York de los 70. La marca hace una fuerte apuesta por el reciclaje reutilizando prendas en denim para que tengan otras vidas. Incluye tejido ‘peluche’, lencería en colores que se salen de lo corriente, como los flúor en naranja, amarillo y fucsia. El sujetador es la prenda estrella. “Ahora sale a la calle, ya no es lencería ni ropa interior. Hay piezas que son un vestido que literalmente sale del sujetador”, revela Nuria Sardá, su directora creativa. Destacan las piezas bordadas con cristales, como el triquini que es un mono de pantalón que lleva 8.000 piezas de Swarovski.

Hannibal Laguna, por su parte, llena la pasarela de color. Los estampados de flores y rayas lo inundan todo, aunque también apuesta por vestidos lisos. La colección combina las siluetas de los 50 con estampados sesenteros y setenteros. Las flores son una de las marcas de la casa y el modista las eleva de tono y forma. "Yo a estos vestidos los llamo 'vestidos jardín', porque son perfectos para eventos al aire libre". Otra de las señas de la casa son las cinturas muy marcadas y los cuellos altos que abrazan el cuello con grandes lazadas. Destacan los fajines, tanto los que van integrados en el vestido como los que se ponen sobre él. Los escotes varían de forma, y van desde los infinitos a los geométricos, casi siempre velados con una pieza de tul del tono de la piel, un tul invisible, para provocar así un efecto nude.

A Roberto Torretta siempre le ha gustado jugar con los códigos de género y bebe de los 60 con minifaldas, colores neutros y un trabajo muy elaborado con el denim. En crepe de chine y satenes vemos blusas y vestidos lady, y también faldas mini que bailan al caminar. Sobresale el trabajo de nudos y lazadas, casi siempre como elementos decorativos, y se trabajan muchos los fruncidos, drapeados y pliegues que recorren la colección.

El Madrid de los años 70 más nocturno y canalla es la referencia de Jorge Vázquez en su nueva colección, una propuesta alegre, festiva, cargada de color y flores. Dos flamencos han puesto guitarra y voz al desfile, que hace guiños a los toreros que socializaban con actrices, cantantes, modistas y aristócratas en el famoso Chicote de la Gran Vía. Hay una feminidad exuberante, tanto en los vestidos de líneas sensuales hasta los trajes con pantalones pitillo.