"Nos hacíamos los 'ahogaos' y así asustábamos a mi madre"
Fue descubierto junto a su hermano César en la Nochevieja de TVE de 1984, aunque su trayectoria en los escenarios procedía de años atrás en Sevilla l Sus veranos tienen como paisaje, sobre todo, las playas de Rota l Acaba de reinaugurar su chiringuito Makandé, pero ahora en El Puerto, en Puerto Sherry
Jorge Cadaval, nombre que ya despierta una sonrisa. Los Morancos deciden su futuro y mientras disfrutan de su verano. Jorge recuerda en primera persona sus veranos del pasado, con las fiambreras de tortilla entre las arenas de Rota. "En verano no nos quedábamos en Sevilla. Gracias a Dios, Cualquiera aguanta este calor en estos meses, y más antes, cuando no había aire acondicionado. A condición de tener una pasta entonces.
Toda la familia Cadaval se iba a la playa y pasábamos casi todo el tiempo all. Primero disfrutábamos en la costa de Cádiz, en las playas de Rota o en las de Sanlúcar y luego también pasábamos una temporada en la Costa Brava, ya que mi madre es catalana", resume Jorge.
"Entre los grandes momentos de aquellos veranos de la niñez me acuerdo de la barquita de goma Ratón Kitty, en la que nos subíamos todos los hermanos y hacíamos de las nuestras hasta casi hundirla. Nos hacíamos los ahogaos, asustábamos a mi madre, salpicábamos a la gente, sobre todo a las mujeres mayores. Muchos de esos detalles lo hemos trasladado después a nuestros programas con Omaíta. Nos daban horas y horas en el agua. También, recuerdo las guerras de bolas, que terminábamos peleándonos de verdad porque nos entraba arena en los ojos y nuestra madre nos regañaba, ja,ja,ja... Grandes batallas de bolas de arena húmeda para arañar las espaldas". "La etapa de pequeño te marca siempre para el resto de tu vida y de mi estancia en Cádiz tengo muchísimos recuerdos y muy buenos. Siempre tendré a Cádiz en la patata. De la Tacita pude coger un poquito de arte, que me ha servido en mi carrera para algunos de mis personajes. Me acuerdo de cuando íbamos a los cines de verano, de los días de playa que nos llevábamos la cena, en fiambreras y neveras, porque nos quedábamos hasta las tantas y luego volvíamos muertos de cansancio para casa", evoca Jorge Cadaval con la nostalgia asomándole a los ojos con emoción.
"También, se me quedó grabado en la memoria el olor a vino de las bodegas de Sanlúcar, que te emborrachaba de lo dulce que olía y de algún que otro traguito que conseguíamos a escondidas de nuestros padres. En Sanlúcar y Rota transcurrió la niñez de nuestras veranos, llenos de travesuras, poruq nos llevamos muy pocos años entre los hermanos. Por ejemplo, cuando eran las carreras de caballos de Sanlúcar, con la marea baja, nos metíamos en medio de la playa, mientras nuestra madre nos gritaba para que nos quitásemos de allí, porque realmente era peligroso. De eso te das cuenta ahora. También le poníamos cigarritos a los camaleones, le quitábamos el rabito a las lagartijas para ver como se movía. Cosas de niños de entonces. Y las comidas de entonces... esos aliños, gazpacho y esa comida catalana que preparaba mi madre. Ay".
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