La Feria

El grito de auxilio de los feriantes de Córdoba: "La situación es dramática"

  • Los empresarios solicitan medidas concretas para aliviar su situación, como la exoneración del impuesto de circulación de los vehículos industriales

  • En la provincia son unas 700 las familias que de manera directa viven de las celebraciones, muchas de ellas en Aguilar de la Frontera y Lucena

Unos feriantes desmontan una atracción en una nave de Lucena.

Unos feriantes desmontan una atracción en una nave de Lucena. / Juan Ayala

"Estamos viviendo una situación dramática, al límite". Son palabras de Pedro Marín, secretario de la Asociación de Empresarios Feriantes de Córdoba, un colectivo profesional que ahora debería vivir su temporada alta pero que, a causa de la crisis sanitaria del coronavirus, mantiene su actividad a cero. "Esto no es como los bares o restaurantes, donde se permite un aforo. O como el comercio ambulante, que ya está empezando a funcionar. Nosotros no hemos tenido ningún trabajo desde el mes de marzo, y las perspectivas son muy malas", avisa Marín.

La agrupación, con sede en Lucena, está integrada por 175 socios operativos, aunque son cerca de 700 las familias cordobesas que dan vida a las ferias andaluzas, con sus colores, sus sonidos y sus sabores. El 95% procede de dos municipios, Aguilar de la Frontera y Lucena, aunque también hay empresarios de este ámbito en Peñarroya-Pueblonuevo, Villaviciosa, Montilla, Puente Genil, Priego de Córdoba o Doña Mencía. Y todos están igual: a cero. Con los negocios desmontados, muchos de ellos en naves industriales, y en otros casos encima de los camiones, a punto de salir para su primer festejo cuando el covid-19 obligó a decretar el estado de alarma y arruinó la temporada.

Entre el mes de abril, cuando Doña Mencía festeja a su patrón, San Pedro Martín de Verona, y el 7 de octubre, cuando Moriles celebra a la Virgen del Rosario, los 77 municipios de la provincia de Córdoba organizan un centenar de ferias y verbenas. "Pero hasta ahora no ha salido ninguna", advierte Marín. Y las perspectivas no son buenas. La Feria de Nuestra Señora de la Salud, en Córdoba capital, debería haber terminado en la madrugada de este sábado, pero El Arenal no ha sido más que un solar polvoriento y lejano. Y otras ferias destacadas del verano cordobés, como la de San Francisco Solano en Montilla, en julio, llevan semanas canceladas.

"Es durísimo reconocerlo, pero hay muchas familias que llevan semanas viviendo de la caridad", alerta el portavoz de la asociación, quien insiste en que la situación es "dramática". La asociación cordobesa, en coordinación con otras 40 provincias, demanda "medidas específicas" para un sector ya de por sí precario y poco comprendido y ha remitido un escrito al conjunto de las administraciones con sus propuestas. Porque, hasta ahora, la desprotección es lo habitual en este campo. Algunos feriantes ni siquiera han llegado a darse de alta esta temporada, y pueden optar únicamente a las ayudas de 400 euros genéricas articuladas por el Gobierno central para autónomos y pequeñas y medianas empresas.

"Un año sabático para los industriales feriantes"

Rafael Ángel Cristo, junto a su camión en Lucena. Rafael Ángel Cristo, junto a su camión en Lucena.

Rafael Ángel Cristo, junto a su camión en Lucena. / Juan Ayala

"El panorama que se nos presenta no es nada alentador por cuanto que se han suprimido ferias y verbenas hasta el mes de julio, y algunos ayuntamientos posponen sus decisiones para otras que se celebrarán a lo largo del mes de agosto. Aún es pronto para tomarlas sobre aquellas que se celebrarán a partir de estasúltimas fechas, pero todo parece indicar que nuestro sector será uno de los últimos que abrirá sus puertas al público por motivos obvios, por lo cual las previsiones más optimistas hacen sospechar que este será un año sabático para los industriales feriantes que verán cómo no podrán ingresar el mínimo necesario, no ya solo para hacer frente a sus hipotecas, compras aplazadas, contratos, restauraciones o seguros... sino para vivir", explica el presidente de la asociación, Rafael Ángel Cristo, en sendas cartas enviadas a los alcaldes de Lucena y Aguilar de la Frontera, Juan Pérez (PSOE) y Carmen Flores (IU), respectivamente. 

Entre las medidas que Cristo considera  de "vital importancia", se encuentran la exoneración del impuesto de circulación de aquellos vehículos industriales destinados exclusivamente a la actividad ferial como pueden ser camiones, plataformas, remolques; la condonación del IBI de naves y cocheras destinadas a guardar atracciones y negocios de feria, o el aplazamiento del IBI de las viviendas para poder pagarlo a partir de la mitad del año próximo 2021, cuando la próxima temporada esté en su plenitud y "esta pesadilla haya pasado".

"Aunque entendemos y somos conscientes de que todos los sectores profesionales afectados seencuentran en el mismo derecho que el nuestro, justificamos nuestra propuesta porque serán 18 los meses sin obtener rendimientos del trabajo, los seis desde que terminó la temporada 2019 y los 12 que restarán hasta el comienzo de la temporada 2021", argumenta el colectivo. 

Antonio, un feriante de Aguilar: "No tenemos nada"

Atracciones de feria guardadas en una nave en Lucena. Atracciones de feria guardadas en una nave en Lucena.

Atracciones de feria guardadas en una nave en Lucena. / Juan Ayala

"No tenemos nada", resume de manera contundente Antonio, un feriante de Aguilar de la Frontera, tierra de "hamburgueseros" y "turroneros", como él mismo cuenta. Su familia y él se encuadran en el segundo grupo. Su temporada empieza en la Semana Santa. Y luego llegan la Feria de Abril de Sevilla, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Córdoba capital... Y así un intenso verano entre grandes celebraciones, de mucho presupuesto, y "veladillas". Todas cuentan para completar una temporada que en este 2020 no existirá.

"Hasta el día de hoy está todo suspendido. No tenemos ninguna previsión", dice de manera clara. "Somos un sector que vive de las aglomeraciones, y con el distanciamiento social y la limitación de aforos no tenemos ningún futuro", advierte. En su municipio, el 18% de los vecinos "se buscan las papas en las ferias", recuerda. Son unas 3.000 personas entre pequeños empresarios y personal asalariado. Muchos, como él, llevan turrones por toda Andalucía, un producto que desde hace tiempo es una simple excusa para vender algodón de azúcar y chucherías para los niños, que son el verdadero motor del negocio. Pero sin ferias no hay oportunidades en esta temporada amarga. 

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