Tradición

Los Patios viven su día grande con largas colas para disfrutar de vergeles únicos en el mundo

  • Turistas y algunos cordobeses aguardan filas de más de media hora para entrar a los recintos

  • Santa Marina y el Alcázar Viejo vuelven a ser las zonas más demandadas

Colas para acceder a los patios de la calle Parras.

Colas para acceder a los patios de la calle Parras. / Juan Ayala

Colas de más de media hora para ver vergeles en el corazón de la ciudad. La Fiesta de los Patios de Córdoba ha atraído en su último fin de semana a miles de turistas llegados principalmente de España con ganas de descubrir la belleza de estos recintos declarados Patrimonio Inmaterial por la Unesco.

"Está todo Madrid aquí hoy", decía este sábado una mujer a su paso por la cola para entrar en el patio de Marroquíes, 6; el primer premio en arquitectura antigua de esta edición. La fila de visitantes bajaba por la calle hasta alcanzar la plaza de Santa Marina, pero ni por esas ha decaído la ilusión por entrar a este recinto. Allí, esperando, se encontraban José Martínez y Consuelo Ruiz, una pareja llegada de Elche que ha venido por primera vez a los Patios.

Llegaron a la ciudad el jueves y en este tiempo ya han podido ver 15 patios "preciosos". "Esto es para volver", asegura José con convencimiento. "Nos van a quedar muchas cosas por visitar", explican, por lo que "volvemos seguro". Ya han ido al Alcázar, la Sinagoga y la Mezquita y su intención es desplazarse hasta Medina Azahara antes de su vuelta a casa.

Respecto a las medidas de seguridad, creen que están "bien" y que, sobre todo, hay que tener "prudencia" y cumplir con las normas de la organización.

Cola para entrar en Marroquíes, 6. Cola para entrar en Marroquíes, 6.

Cola para entrar en Marroquíes, 6. / Juan Ayala

Entre los visitantes ha habido muchos grupos familiares o de amigos. Por ejemplo, el encabezado por David, un cordobés que ha actuado de cicerone de sus amigos, procedentes de Madrid, Santander y Valencia, aunque todos viven en Madrid. 

Algunos de ellos han venido anteriormente a la Feria de Nuestra Señora de la Salud, pero nunca habían estado de patios. "Hasta ahora hemos visto dos y son preciosos, una maravilla", indica una de las componentes de este grupo. 

Estos jóvenes han aguardado unos 30 minutos hasta poder acceder al recinto ganador en arquitectura antigua, aunque "el tiempo se me ha pasado volando", asegura otra de las muchachas. Además, en el plan preparado por su amigo David también está ver la Mezquita, el Cristo de los Faroles, el Puente Romano y comer salmorejo.

Pero entre tanto turista también ha habido cordobeses a los que no les ha importado guardar "casi una hora de espera" para entrar en Marroquíes, 6. Es el caso de Javier Romero que, a pesar de ser de la ciudad, nunca ha ido de patios. El plan para este sábado era ver tres o cuatro recintos y luego "hartarnos de comer".

La ruta de Santa Marina suele ser, junto a la del Alcázar Viejo, la que acapara más la atención cada año. Este sábado, las calles de ambos barrios están hasta los topes de visitantes que buscan, además, entrar a los patios galardonados con los primeros premios (los dos en Santa Marina-San Agustín) y con la mención especial (esta última ha sido para Martín de Roa, 7, en el Alcázar Viejo). Todo ello aderezado con temperaturas casi veraniegas que superan los 35 grados.

Interior de Marroquíes, 6. Interior de Marroquíes, 6.

Interior de Marroquíes, 6. / Juan Ayala

Pero ni el calor ni las largas esperas han hecho que decaigan las ganas de explorar estos rincones únicos en el mundo que, además, este 2021 celebran su centenario entre mascarillas y botellas de gel hidroalcohólico para hacer esta experiencia segura.

En la calle Parras, donde hay tres patios abiertos al público, los turistas buscaban la sombra mientras hacían turno. Ian Rio, controlador del patio de Parras, 5, ha explicado que el día "ha estado ajetreado desde el principio" ya que nada más abrir "la cola iba por la esquina".

Este fin de semana la mayor parte de los turistas son procedentes de España, mientras que el pasado sí se notó más movimiento de visitantes extranjeros, según ha señalado este joven, que ya trabajado en otras dos ocasiones como controlador. "Por regla general suelen cumplir las normas", ha indicado, aunque hay algunas personas a las que ha tenido que llamar la atención al llevar la mascarilla por debajo de la nariz.

Según su experiencia, harían falta líneas en el suelo para establecer espacios y que la gente no se apelotone en la cola, aunque por lo demás, las medidas de seguridad se están cumpliendo sin problemas. 

Entrada al patio de Pastora, 2. Entrada al patio de Pastora, 2.

Entrada al patio de Pastora, 2. / Juan Ayala

Un poco más abajo, en Parras, 8, dos parejas de El Verger (Alicante) guardaban cola para acceder al recinto, el tercero que iban a ver desde que llegaron el pasado jueves. Aunque es la segunda vez que vienen a Córdoba, sí se han estrenado como visitantes de los patios, unos espacios que les parecen "espectaculares", manifiestan María José Mullor y Loli Moreno al unísono. En su caso, la espera ha sido de unos 20 minutos.

Ya en el corazón de San Agustín, Pastora, 2, se muestra en su esplendor para todo el que desee admirar cada uno de los detalles de este patio, reconocido en esta edición con un quinto premio.

Allí, un grupo de malagueños prácticamente acababa de aterrizar en los patios de Córdoba. "Por ahora hemos visto solo Marroquíes y es una pasada", han apuntado Cristina Pérez y Carlos Fernández, la pareja que se ha encargado de planificar el viaje y hacer la reserva para almorzar en Bodegas Campos. 

Como tienen prevista la vuelta a Málaga este mismo sábado, la intención es apurar al máximo en la ruta de Santa Marina-San Agustín para después disfrutar de la gastronomía de la ciudad. 

Entre decenas de acentos diferentes, la Fiesta de los Patios afronta la recta final -que será este domingo 16 de mayo- en su año más especial por la celebración de su centenario y a la vez el más difícil por las restricciones para evitar contagios de coronavirus. Una vez más, esta tradición ha vencido al covid y ya espera con los brazos abiertos a los próximos visitantes que quieran perderse entre sus laberintos de color y aromas.

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