La Feria de la Salud | crónica del viernes

Ocho días y nueve noches de alegría

  • Comienza la Feria de Nuestra Señora de la Salud 2018 con una intensa primera madrugada marcada por las intensas ganas de fiesta y de diversión en la que miles de cordobeses acuden a El Arenal

Ocho días y nueve noches de alegría

Ocho días y nueve noches de alegría / Juan Ayala

Corría el verano de 1992. El exjugador de baloncesto del Fútbol Club Barcelona Juan Antonio San Epifanio Epi portaba la antorcha con la que iba a prender fuego a una flecha que milimetricamente lanzada por el arquero Antonio Rebollo iluminó la Barcelona olímpica mientras Montserrat Caballé y Freddie Mercury le ponían banda sonora a la escena con la mítica canción dedicada a la cita deportiva. Todo el que vivió ese momento no lo olvidó nunca, como tampoco Enriqueta Mora Carrión y José Muñoz Bermejo olvidarán nunca el momento mágico que les ha tocado protagonizar al más puro estilo de Epi y Rebollo.

Enriqueta y José son los encargados de pulsar el botón que encenderá los casi dos millones de bombillas que hay repartidos por El Arenal en el año en el que el recinto cumple sus bodas de plata como ferial, dos millones de ahorradoras bombillas cuya luz explosionará entes de que el espectáculo pirotécnico -preparado para poner el colofón al inicio de ocho días de diversión y encuentros- prenda el cielo de estrellas artificiales hasta conseguir que la Feria se ría de esas previsiones meteorológicas que profetizaban y siguen profetizando que la lluvia empañaría y empañará esos comienzos de la que es la última cita del Mayo Festivo.

Hay ganas de fiesta, muchas ganas de diversión a raudales, en algunos casos como si no hubiera un mañana. Los más pequeños hace ya unas horas que inauguraron la Feria en unas atracciones que empezaron a funcionar a las ocho de la tarde, mientras que los más tempraneros comenzaron a las diez de la noche a refrescar sus gargantas y a mezclar su sangre con alcohol con las primeras de las 600.000 cañas de cerveza que Cruzcampo prevé que se servirán hasta que la Feria eche el cierre pasada la madrugada del próximo domingo 27 de mayo.

En esa otra Feria que se monta en las zonas aledañas, el parque de Miraflores, vallado en todas sus zonas verdes, vuelve a ser lugar de encuentro para beber antes de entrar a El Arenal ganándole la partida en muchas ocasiones a esos lugares donde la gente espera encontrarse, la taquilla de la noria o la portada (a lo largo de sus 70 metros). Algunos jóvenes amagan con hacer un pseudobotellón en algún rincón escondiéndose de los cientos de agentes de policía que velan por la seguridad en el recinto. Jóvenes y menos jóvenes parece como si estuvieran entrenando para vivir a tope la tradicional macrofiesta que les espera en el Balcón del Guadalquivir la tarde del próximo miércoles. Más de 10.000 jóvenes tienen una cita ese día con el hooliganismo etílico.

Los fuegos artificiales ya han cumplido su papel y las 98 casetas, 80 atracciones y 185 puestos de los que consta la cita continúan llenándose de gente en la que es la Feria de Córdoba más antisexista, la edición más comprometida con la mujer. La gran mayoría de esas 98 casetas se han unido a ese protocolo puesto en marcha por el Ayuntamiento para perseguir las posibles agresiones y abusos sexuales que puedan darse en el recinto y su zona de influencia, comportamientos que acabarán siendo penalizados, en el caso de darse, con mano dura.

El Pele y sus amigos ya han acabado su actuación preferia en La Axerquía y es el turno en la Caseta Municipal de Wolf Star, en lo que es un recital de rock internacional al más puro estilo de un festival de tributos con homenaje al rock andaluz, incluido. Esperan más de 60 actos y 100 actuaciones musicales durante los casi nueve días que ponen el broche de oro al Mayo Festivo.

Wolf Star suenan en la Caseta Municipal mientras que en otras casetas se escucha un regetón cordobés de fusión flamenca y árabe, el Dame Salmorejo de Calle Alegría, tema que algunos auguran que se convertirá en un himno de la Feria tal y como ocurrió hace unos años con el Aserejé de las Ketchup. Y vaya si el personal le pega al salmorejo y a la tortilla de patatas y a las chuletas y al lomo... y a lo que haga falta con tal de preparar el estómago para una larga noche que se puede prolongar hasta bien entrado el amanecer. Es ley de Feria.

Primera noche, eso sí, y primeras peligrosas marañas de colas en plan marabunta. "Algún día va a pasar algo que todos vamos a tener que lamentar", se escucha a una mujer que intenta avanzar por el vallado ubicado frente a las paradas especiales de Aucorsa, junto a puestos de comida rápida. Gente que quiere salir se mezcla en plena confusión con gente que quiere acceder a El Arenal. Y dentro, en la Calle del Infierno, el ruido es tan ensordecedor que si uno cierra los ojos no es difícil que esos descontroladísimos decibelios acaben por transportarlo a una especie de concierto a lo bestia de Metallica, un ruido tan atronador para los oídos que se torna en imposible escuchar hasta el "venga que nos vamos, y otro y otro perrito piloto" de la tómbola. Es también ley de Feria.

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