Córdoba tenía ayer muchas ganas de Feria. El ritual de las últimas ediciones se volvió a cumplir y fueron muchos los cordobeses que no esperaron a la inauguración de la que es la última cita del Mayo Festivo para comenzar a derrochar diversión en El Arenal. Las 80 atracciones que hay repartidas por el recinto empezaron a funcionar a partir de las ocho de la tarde y se convirtieron en todo un reclamo para que los más pequeños pudieran vivir la cita por adelantado y tiraran de los padres. Y es que las horas previas a la inauguración suelen ser las de los más jóvenes, que llegan a vencer por mayoría en lo que a asistencia se refiere.

Muchos fueron también los mayores que se acercaron hasta El Arenal para casetear antes de tiempo. Las 98 casetas que este año forman parte de la Feria abrieron oficialmente sus puertas a las diez de la noche, dos horas antes de que Enriqueta Mora y José Muñoz pulsaran simbólicamente el interruptor que debía encender las casi dos millones de bombillas led que alumbran este año el recinto ferial. Y empezaron poco a poco a llenarse, sin prisa, pero sin pausa, para recargar fuerzas para la primera gran noche larga.